Actualidad: Se puede criar sin papillas. ¿Qué es el baby-led weaning?

El baby-led weaning, o alimentación complementaria a demanda, es una tendencia en la crianza con apego y la alternativa más natural a las papillas.

Estamos viviendo una pequeña revolución sobre cómo criar a los niños. Es la llamada crianza con apego, que incluye hábitos olvidados como el porteo en vez del cochecito, el colecho y la lactancia materna a demanda prolongada.

También es común en esa corriente seguir el sistema baby-led weaning (BLW) cuando el niño comienza a tomar algo más que leche. Baby-led weaning se podría traducir como alimentación complementaria a demanda.

Se caracteriza por que se le ofrecen al bebé los alimentos a trozos, de manera que sea el propio niño el que los elija, agarre, se los lleve a la boca y decida qué cantidad comer, en lugar de darle papillas o purés cucharada a cucharada.

¿Cuándo se puede iniciar el baby-led weaning?

Según recomendaciones de la OMS, la lactancia materna exclusiva se debería mantener hasta los 6 meses. En los primeros momentos, la alimentación complementaria no tiene todavía un gran peso nutricional en la dieta del bebé porque la lactancia materna sigue siendo el alimento principal.

Es fácil que al inicio solo chupe, estruje y succione, y que coma porciones muy pequeñas. Cada bebé es diferente; algunos pueden estar preparados para consumir alimentos distintos a la leche a los cinco meses y medio, otros a los ocho meses.

Las 3 claves que indican que el niño está listo para iniciar la alimentación complementaria son las siguientes:

  1. Puede mantenerse sentado, aunque se apoye, y mantiene la cabeza erguida él solo.
  2. Es capaz de coordinar sus manos para coger un alimento y llevárselo a la boca.
  3. Ha perdido el reflejo de extrusión: es capaz de tragar alimentos sólidos y no los expulsa con la lengua.

El tipo de alimentos que se pueden ofrecer en el BLW es muy amplio, pero es importante que sean productos blandos y fáciles de agarrar, así como evitar los trozos demasiado pequeños.

Por ejemplo, se le puede ofrecer papa hervida, trozos de verduras cocidas (ramitos de brócoli, zanahoria, chauchas), trozos de fruta, pan, pasta de tamaño grande, dados de tofu, albóndigas, croquetas, trozos de palta.

El BLW y la alimentación tradicional con papillas no son opciones excluyentes. Podemos darle a nuestro hijo un puré y en otro momento ofrecerle un trozo de zanahoria hervida o un pedazo de banana.

Las ventajas de la alimentación autoregulada

Permite al bebé comer desde el principio en la mesa familiar, relajando la sensación de control y creando un ambiente distendido que alentará una relación placentera con la comida.

El bebé puede explorar formas, texturas, sabores y olores de manera libre, desarrollando los sentidos. Le permite conocer cada sabor y textura por separado (cosa imposible con las papillas), lo que favorece que consuma y acepte todo tipo de alimentos con más facilidad.

Fomentamos que el niño avance a su ritmo controlando su apetito y sensación de saciedad (según algunos estudios, si tiene a su alcance alimentos saludables, escoge instintivamente los alimentos que conforman una pauta equilibrada).

También hay algunas desventajas

Requiere más tiempo, porque el bebé come a su ritmo. También se ensucia más.

Puede que exista en los padres mayor miedo al atragantamiento, aunque hay poco riesgo si el bebé está preparado (si presenta las tres claves ya comentadas) y se halla en todo momento en compañía de un adulto.

Lucía Martínez (www.cuerpomente.com)

 

Actualidad: 10 datos de la OMS sobre la lactancia materna

1. La OMS recomienda

La OMS recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida. A los seis meses deben introducirse alimentos sólidos, como purés de frutas y verduras, a modo de complemento de la lactancia materna durante dos años o más. Además:

  • la lactancia debe comenzar en la primera hora de vida;
  • el amamantamiento debe hacerse «a demanda», siempre que el niño lo pida, de día y de noche;
  • deben evitarse los biberones y chupetes.

2. Beneficios para la salud del lactante

La leche materna es el alimento ideal para los recién nacidos y los lactantes, pues les aporta todos los nutrientes que necesitan para un desarrollo sano. Es inocua y contiene anticuerpos que ayudan a proteger a los lactantes de enfermedades frecuentes de la infancia como la diarrea y la neumonía, que son las dos causas principales de mortalidad en la niñez en todo el mundo. La leche materna es un producto asequible que puede conseguirse fácilmente, lo que ayuda a garantizar que el lactante tenga alimento suficiente.

3. Beneficios para la madre

La lactancia materna también es beneficiosa para las madres. La lactancia materna exclusiva funciona como un método natural (aunque no totalmente seguro) de control de la natalidad (98% de protección durante los primeros seis meses de vida). Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario, diabetes de tipo 2 y depresión postparto.

4. Beneficios a largo plazo para los niños

Además de los beneficios inmediatos para los niños, la lactancia materna propicia una buena salud durante toda la vida. Los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños tienen menos tendencia a sufrir sobrepeso u obesidad. Son también menos propensos a sufrir diabetes de tipo 2 y obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia.

5. ¿Por qué no la leche artificial?

Las preparaciones para lactantes no contienen los anticuerpos que hay en la leche materna. Los beneficios de la lactancia materna para las madres y los niños no pueden obtenerse con leches artificiales. Si no se elaboran adecuadamente, conllevan posibles riesgos asociados al uso de agua insalubre y de material no esterilizado, o a la posible presencia de bacterias en la preparación en polvo. Puede producirse un problema de malnutrición si el producto se diluye demasiado para “ahorrar”. Mientras que el amamantamiento frecuente mantiene la producción de leche materna, si se usa leche artificial pero de repente se deja de tener acceso a ella, el retorno a la lactancia natural puede ser imposible como consecuencia de la disminución de la producción materna.

6. La lactancia materna y el VIH

Una madre infectada por el VIH puede transmitir la infección a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia. Sin embargo, los antirretrovíricos (ARV) administrados a la madre o al lactante expuesto al VIH reducen el riesgo de transmisión. Globalmente, la lactancia materna y los antirretrovíricos pueden mejorar considerablemente las posibilidades del niño de sobrevivir sin verse infectado por el VIH. La OMS recomienda que las madres infectadas que den el pecho reciban antirretrovíricos y sigan las orientaciones de la OMS respecto a la alimentación del lactante.

7. Reglamentación de los sucedáneos de la leche materna

En 1981 se adoptó un código internacional para regular la comercialización de sucedáneos de la leche materna. En el código se estipula que:

  • las etiquetas y demás información sobre todas las leches artificiales dejen claros los beneficios de la lactancia materna y los riesgos para la salud que conllevan los sucedáneos;
  • no haya actividades de promoción de los sucedáneos de la leche materna;
  • no se ofrezcan muestras gratuitas de los sucedáneos a las embarazadas, a las madres ni a las familias, y
  • no se distribuyan los sucedáneos de forma gratuita o subsidiada entre los trabajadores sanitarios ni en los centros sanitarios.

8. El apoyo a la madre es esencial

Amamantar es algo que se aprende, y muchas mujeres tienen problemas al principio. Muchas prácticas habituales, como la separación de la madre y el niño, las guarderías para recién nacidos o la suplementación con leches artificiales dificultan la lactancia materna. Los centros de salud que apoyan la lactancia materna -evitando estas prácticas y ofreciendo a las nuevas madres asesores formados al efecto- propician tasas más altas de esta práctica. Gracias a la iniciativa OMS-UNICEF de Hospitales amigos del niño, en unos 152 países hay servicios «amigos del niño” que prestan ese apoyo y contribuyen a mejorar la atención dispensada a las madres y los recién nacidos.

9. Lactancia materna y trabajo

Muchas madres que reanudan su actividad laboral abandonan la lactancia materna parcial o totalmente porque no tienen tiempo suficiente o no disponen de instalaciones adecuadas para dar el pecho o extraerse y recoger la leche. Las madres necesitan tener en su trabajo o cerca de él un lugar seguro, limpio y privado para poder seguir amamantando a sus hijos. Se puede facilitar la lactancia materna adaptando las condiciones de trabajo, por ejemplo mediante la baja por maternidad remunerada, el trabajo a tiempo parcial, las guarderías en el lugar de trabajo, las instalaciones donde amamantar o extraerse y recoger la leche, y las pausas para dar el pecho.

10. El paso siguiente: la introducción progresiva de nuevos alimentos

Para cubrir las necesidades crecientes de los niños a partir de los seis meses se deben introducir alimentos sólidos en forma de puré como complemento de la leche materna. Para su elaboración se puede partir de la comida que tome la familia. La OMS destaca que:

  • la lactancia materna no debe reducirse al comenzar a introducir alimentos complementarios;
  • los alimentos complementarios deben administrarse con cuchara o taza, y no con biberón;
  • los alimentos deben presentar todas las garantías de higiene y ser inocuos; y
  • es necesario bastante tiempo para que los niños pequeños aprendan a comer alimentos sólidos.

 

Actualidad: Sacar la Teta del Armario

Sin ningún pudor mi amiga se sacó la teta en medio del bar, y le dio de mamar a su niña. Un chorro de leche salió disparado hacia algún lugar. Nadie le dijo nada. Un acto tan natural como amamantar puede ser motivo de disputa. Lo es cuando a una mujer se le impide dar el pecho en público, cuando se le cuestiona si tendrá leche suficiente o si será de calidad. La lactancia materna en los últimos años ha recuperado terreno, pero aún son muchas las mamás que han de superar varias trabas para llevarla a cabo como desean.

De aquí que el lactivismo se haya convertido en una realidad. Aunque no tiene definición formal en el diccionario, se trata, según sus promotoras, de un activismo que defiende el derecho de las mujeres y los bebés a dar y recibir el pecho dónde y cuándo deseen. Amamantar, como la crianza en general, es un acto relegado a la invisibilidad del hogar, no valorado, como todo trabajo de cuidados, y menospreciado.

Las lactivistas sacan la teta a la luz pública y convierten el hecho de amamantar en un acto social y político, tanto individual como colectivo. Lo vemos en forma de grupos de apoyo a la lactancia, la crianza y el posparto. Se trata de espacios donde compartir y tejer redes de solidaridad, que resultan imprescindibles en una sociedad individualista y mercantilizada como la actual.

El lactivismo se inserta en una práctica activista que va más allá de la teta, e implica una determinada manera de entender el cuidado de las criaturas, desde lo que se ha venido en llamar «la crianza con apego». Una militancia reivindicada a menudo desde el sentir y el mirar feminista, y al margen de idealizaciones y esencialismos. Internet y las redes sociales asimismo se han convertido en un nuevo espacio de apoyo mutuo y sororidad, a través de múltiples blogs, listas de distribución y foros de debate.

Del 1 al 7 de agosto se está celebrando la Semana Mundial de la Lactancia Materna, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF, una nueva oportunidad para sacar la teta del armario.

Autora Esther Vivas

Nota extraída de: www.elperiodico.com/es

¿CÓMO ENCUENTRAN LOS RECIÉN NACIDOS EL PECHO DE SUS MADRES?

Un estudio sugiere que el pezón está ligeramente más caliente que el resto de piel que lo circunda y, por ello, los bebés acercan su boca de forma instintiva.

Los recién nacidos tienen un instinto que les une a sus madres desde el primer minuto que nacen y harán todo lo posible por estar unidos a ellas. Una práctica que trabajan muchos hospitales se conoce como “Breast Crawl” (Gatear para mamar), en el que el bebé se deja sobre el pecho de la madre esperando a que encuentre él mismo el pezón por el que se alimentará. Son unos minutos mágicos e imprescindibles que marcan el inicio de la lactancia y que ayudan a que tanto la madre como el hijo sientan un vínculo especial. Este momento se debe llevar con total tranquilidad y dejar que sea el bebé quien descubra dónde está el pezón. Pero, ¿cómo lo consigue?

Un estudio llevado a cabo en un hospital de Italia quiso comprobar si esta búsqueda obedece al calor que emanan los pezones y que fuera ligeramente superior a la piel que los rodea. Para ello, observaron el comportamiento de los recién nacidos de 41 mujeres. Todas ellas cumplían las mismas condiciones: madres que quisieran dar el pecho, que no hubieran tenido problemas en el embarazo y que estuvieran embarazadas de 1 solo bebé. Los investigadores tomaron la temperatura de sus pezones y de la piel que los rodea en las 6 horas antes de dar a luz y 1 o dos días después del parto. Además, se tomó también la temperatura de los labios de los recién nacidos así como de su frente.

Tras observar los datos, los investigadores comprobaron que existía una diferencia superior de apenas 0,2 °C en los pezones en comparación con la piel que los rodeaba antes de dar a luz. Una temperatura que ascendía medio grado justo después de dar a luz y a 0,6 °C en los días posteriores. Además, los labios de los bebés estaban más fríos que la temperatura habitual de los pezones, hasta casi 1 grado, lo que en definitiva explicaría por qué los recién nacidos buscan el calor del pecho de su madre.

Aquí un ejemplo de lo que se conoce como «Breast Crawl».

Extraído de www.quo.es/salud

 

1 al 7 de agosto de 2017: Semana Mundial de la Lactancia Materna

Este 2017 se celebra el 25º aniversario de la Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM) que busca desencadenar la acción conjunta necesaria por la lactancia materna. La protección, promoción y apoyo de la lactancia materna son los tres pilares fundamentales para incrementar y consolidar las tasas de lactancia materna, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. En esta oportunidad, el lema habla sobre construir alianzas para proteger la lactancia materna, por el bien común, sin conflicto de intereses.
La SMLM ofrece una oportunidad para diseñar y definir mejor nuestro rol, tanto colectivo como individual. Es una oportunidad para que todo el mundo genere acciones específicas. Por ello es tan importante, que nuestras colaboraciones y asociaciones están libres de conflicto de interés, porque de lo contrario no podremos asegurar que las madres reciban el apoyo que realmente necesitan.
Los Objetivos de este año son:
1. Unificar el apoyo de los gobiernos y distintos sectores de la sociedad para proteger, promover y apoyar la lactancia materna.
2. Construir alianzas sin conflictos de interés para fortalecer las políticas y programas de lactancia materna y alimentación infantil.
3. Movilizar y desarrollar acciones para la protección, promoción y apoyo de la lactancia materna y de prácticas apropiadas de alimentación infantil.
En Crianza Feliz celebramos la Semana Mundial de la Lactancia Materna de la mejor manera, trabajando codo a codo con el equipo de salud, brindando como siempre nuestro apoyo incondicional a las mamás y sus bebés en el intenso pero maravilloso camino de la lactancia y la crianza.

Los 100 días de oscuridad y niebla tras el nacimiento de tu bebé

Hace tiempo leí que los primeros tres meses de tu bebé son como si una densa niebla se instalara sobre tu cabeza.

Se les conoce como los 100 días de oscuridad tras un nuevo bebé y me pareció una atinada manera de nombrar a este período ya que engloba todo lo que pasa en esos días:

– el cansancio extremo y los días llenos de niebla y confusión que dejaban las noches seguidas sin dormir
– el dolor de pezones y el estrés de no saber si lo estaba alimentando bien, si estaba creciendo o si a lo mejor estaba desnutrido por mi culpa.
– el desequilibrio que vivieron mis hormonas y que me hacía pasar de estados de ansiedad, tristeza, felicidad extrema y enojo en segundos
– los cambios y peleas en mi relación de pareja porque nos costó trabajo adaptarnos a la llegada de un nuevo integrante
– la indescriptible soledad que de repente sentía a las 4 de la mañana
– el terror que se instaló en mi interior de ahora ser la responsable de mantener con vida a este pequeñísimo y frágil ser humano
– el miedo de entender que tu vida acaba de cambiar para siempre, ya nunca será igual.
– el no poder comer tranquila y hacerlo a deshoras, no poder bañarse, ver la tele o darme un tiempo porque a veces parecía que mi bebé lloraba todo el tiempo

Porque pareciera que nuestro bebé nunca va a dejar de llorar.

Pero ahora la pregunta importante:

¿Cómo sobreviví a esos 100 días de oscuridad tras la llegada de mi bebé?

1. Definitivamente sentir a mi bebé, oler su cabecita y esas primeras sonrisas son gasolina para el alma en esos días.
2. Numerosas tazas de café
3. Guardar momentos para ver series de comedia en Netflix que me hacían no olvidar el sonido de mi risa
4. Aceptar toda la ayuda que se me ofreciera inclusive hablarle a mis familiares a pedirle que me cuidaran el bebé mientras yo dormía dos horas más
5. Hablar, desahogarme y hasta tener mini crisis nerviosas para que luego mi mamá o mi esposo me mimen.
6. Y sobre todo entender que va a pasar. Que esto no va a ser eterno y que se hará más fácil. Mi bebé comerá, dormirá y crecerá.

Quizás no en el día 101, pero las cosas se van a hacer más fáciles, les prometo…

Fuente: www.naranxadul.com

 

Actualidad: Amamantar, un derecho casi reconquistado

El hombre, como único ser que tiene la capacidad de modificar el entorno en su propio beneficio, ha intentado alimentar a sus crías con leches de otros animales. Cuando las civilizaciones empezaron a asentarse y a domesticar a los animales, era más cómodo ordeñar una cabra que ir a cazarla. Puede que así empezara a alimentarse con leche de otras especies, pero tuvieron que pasar muchos más años hasta la llegada de la industrialización y la edad moderna para que surgiera el mayor declive de la lactancia, poniendo en peligro la única posibilidad que nuestras antepasadas tenían para asegurar la supervivencia de la especie.

En España en 1797 un eclesiástico anónimo, con sus mejores intenciones trajo de París una fórmula, por llamarla de alguna manera, que evitara muertes a niños por falta de alimento. Un litro de leche de cabra cocida, con una cucharada de flor de harina, azúcar y dos yemas de huevo.

Los niños engordaban demasiado y se estreñían, había que mejorarla. Ahora sigue ocurriendo y también siguen mejorando las fórmulas.

Posteriormente, en 1860 Henri Nestlé, ayudante de boticario, invento la primera fórmula para bebés reconocida en el mundo. Combinó azúcar y harina de trigo con leche de vaca, (¡qué simple!). Actualmente nadie con una pizca de sentido común se atrevería a dar a un recién nacido semejante alimento.

Nestlé la anunciaba como la fórmula científica correcta, «las madres harán publicidad por mí». Empezaba el siglo XX con el mayor experimento nutricional a gran escala sin control previo. Hoy es una poderosa industria, que recibe ganancias por cada niño que no es amamantado.

Una serie de circunstancias acontecieron para que la leche de fórmula fuese tan bien recibida. Entre las más destacadas, los movimientos feministas que consideraban la lactancia materna una forma de esclavitud de la mujer. El biberón era una liberación para la mujer porque le permitía desarrollarse como persona en la sociedad con su incorporación al trabajo remunerado.

Como mujer quiero decidir, pero eso no equivale entre elegir entre lo malo y lo peor, deseo ser independiente económicamente sin que ello implique un inconveniente para mi salud, la de mi descendencia y en consecuencia para la sociedad.

Si lo más saludable, según las recomendaciones de las sociedades científicas actuales, es la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y junto con la alimentación hasta los dos años o más, ¿por qué no se protege a la mujer que lacta?

El sector médico también contribuyó al declive de la lactancia materna. Defendió la leche artificial como más científica, más fácil de controlar porque se podía estar seguro de cuánto comía el bebé. Así, se convirtió en un rehén de la industria y las madres en prisioneras de ambos.

A día de hoy, han cambiado las condiciones sociales y laborales, pero la lactancia artificial aún está mantenida, en parte, por la fuerte propaganda comercial.

Más de una generación de mujeres no ha amamantado, se perdió la cultura de la lactancia transmitida de madre a hija.

Resulta paradójico que en las últimas décadas se hayan acumulado numerosas evidencias científicas que demuestran la superioridad de la leche humana y los peligros de las leches artificiales. Desde las instituciones se reconoce a la lactancia materna como una prioridad de salud pública, y a pesar de ello, ¿por qué, la prevalencia de la lactancia materna sigue siendo baja?

La formación de algunos profesionales es inadecuada. Todos promocionan la lactancia materna, pero no todos saben apoyar a la madre con problemas al amamantar, que se enfrenta a una carrera de obstáculos. La publicidad de sucedáneos esta por todas partes, la baja maternal es demasiado corta, se hace difícil conciliar trabajo y lactancia, las prácticas en algunas maternidades no apoyan a la lactancia desde el inicio (los biberones salen desde la planta de maternidad, la separación de la madre hijo tras el parto…)

Queda mucho por hacer, pero reivindicar el valor y el prestigio de amamantar como mujer y como profesional de la salud es, en mi opinión, un derecho y una obligación.

Si se dispusiera de una nueva vacuna que pudiera prevenir un millón de muertes al año, además fuera segura, se administrara oral y no requiriera de la cadena de frío, su aplicación pasaría a ser de inmediato un imperativo de salud pública.

La lactancia materna puede hacer esto y más, pero requiere de su propia «cadena cálida» (Lancet, 1994) para que las madres se sientan seguras de que pueden amamantar y que les proteja de todas las prácticas que ponen en peligro la lactancia. Si esta «cadena cálida» se ha perdido en la cultura, deben ser los profesionales sanitarios quienes proporcionen el apoyo.

Cintia Borja, Valencia

Nota publicada en www.larazon.es el viernes 12 de mayo, 2017

Lactancia Materna: Cómo sobrevivir a la crisis de los dos años

Crisis de los dos años… ¡Socorro!

«La duración de la lactancia materna no es “hasta los dos años”, sino, a partir de los dos años, tanto tiempo como madre e hijo quieran”. «Jamás pensé (dijo una madre)  que llegaríamos hasta aquí, y no porque no sea posible llegar, sino porque me he pasado gran parte de este tiempo pensando en plazos: “a ver si llegamos a los 6 meses”, “a ver si llegamos al año”…

Nuestro camino comenzó con algunas grietas sin importancia, algo de desconfianza y con varias “crisis de crecimiento”. Atrás quedaron los miedos e inseguridades y a medida que Vera fue creciendo, y la lactancia se fue consolidando, yo también fui aprendiendo de ella(s). Pero cuando creíamos que todo era perfecto, absolutamente normal, y que éramos grandes expertas en esto de la teta… Zas! Llegamos a los dos años Vera con 22 meses demandaba teta como si fuera un bebé de semanas.

¿Qué es la crisis de los dos años?

Vera  comenzó a pedir teta como si tuviera semanas y sólo quería estar en mis brazos, algo que me produzco cierto desconcierto y muchísimo agotamiento. La crisis de los dos años.

“A los dos años viven su primera “adolescencia”. Son muy independientes y hacen muchas cosas solitos pero a la vez todo les da miedo. El mundo es enorme y la teta es su refugio, algo así como su salvavidas, el lugar donde encontrar paz. Y todo el día están de aventuras por lo que todo el día, o gran parte de él, están pidiendo teta”, explica Alba Padró, consultora IBCLC y asesora de lactancia materna.

El asunto no acabo ahí. Junto a ese aumento exponencial de la demanda de pecho, Cuenta la mama que su hijita comenzó a pedirlo con urgencia, diría que con enfado: “Mamá teta aquí, teta aquí”, repetía a gritos una y otra vez en cuanto intentaba bajarla al suelo o correteaba durante un rato. ¿La explicación? Alba Padró: “Su sed de independencia se junta con el tema de su reafirmación y la etapa del “no” por lo que cuando tardas en darles la teta, o lo quieres aplazar, se lo toman muy mal. A los dos años el lema es: ¡teta, aquí y ahora! Y como se te ocurra no darles la teta se enfadan mucho, que por otro lado aunque sorprendente es lo que toca y lo que deben hacer. Las madres se suelen sorprender mucho porque su dulce bebé pasa una temporada de enanito gruñón. Y no es que la teta les haga gruñones o maleducados o, peor aún, tiranos. Es, simplemente, un proceso natural que tiene principio y fin. Si les recibimos de la manera más amorosa posible cuando piden de manera poco adecuada, les damos pecho en la medida que podamos o les expliquemos que por lo que sea no podemos en ese momento van a ir aprendiendo poco a poco a pedirlo de otra manera.” Y todo pasa.  Es una etapa que se necesita aun más los brazos de mamá.

Agitación por el amamantamiento

 Alba Padró: » se estima que el destete o fin de la lactancia en el ser humano se sitúa entre los dos años y medio y los siete». En el tiempo que una madre amamanta se pueden sentir infinidad de sentimientos, muy diferentes unos de otros. Como  dicen: «ser madre es duro y las madres suelen tener las emociones a flor de piel, experimentado, a veces, una montaña rusa de sensaciones.”

La demanda excesiva  junto con los gritos, las rabietas y el agotamiento provocan en algunas madres que en muchas de las tomas sientan un rechazo brutal a seguir dando el pecho. Es un sentimiento raro, confuso, desagradable que hace sentir enormemente culpable.  “Aagitación por el amamantamiento” no es otra cosa que el rechazo hacia el niño/a cuando mama. Las madres que sienten esto en realidad necesitan que su hijo deje  de demandar de esa forma. A las mamás, no les es fácil decir abiertamente que ya no pueden seguir de esta forma, que tienen sentimientos y emociones arbitrarias.

Pero, todo pasa. Y todo ha vuelto a la normalidad. Por lo que cuenta Alba Padró,“se desconocen las razones por las que aparece el sentimiento de rechazo, pero se cree que quizá aparece por la necesidad inconsciente de acelerar el crecimiento de nuestros bebés. De la misma manera que las hembras de los pájaros animan a sus polluelos a salir del nido, las mamás en un determinado punto de la lactancia necesitan que se hagan mayores.

Para  superar la crisis de los dos años, se puede tener en cuenta;

Vivir una crisis de lactancia, y superarla, es algo agotador. A los tres meses vivimos la peor, yo diría que la crisis puede marcar el fin de tu lactancia si no dispones de la información (y de la paciencia) adecuada. Que conste que con esto no quiero decir ni que dar el pecho sea un sacrificio, ni que sea algo complicado o cosas similares. Simplemente creo que es importante saber que estas cosas pueden ocurrir para que, si suceden (que no tienen porqué), podamos enfrentarnos a ellas. – dijo

¿Qué puede servir para sobrevivir a la crisis de los dos años?

– Paciencia infinita. Esto creo que es algo fundamental para no desatar la tormenta. Sacar paciencia de dónde ya no había y comprender lo que estaba pasando  para controlar en cierto modo que la situación me superara.

– Hablar de ello. Cuando algo preocupa o afecta de algún modo negativo decirlo. El desahogo es necesario sea en la forma que sea: hablar, llorar, gritar…

 Buscar apoyo. Para mi esto es fundamental. Sólo con escucharse cómo te sientes ya ayuda muchísimo.

– Un cambio. A veces también es necesario un cambio aunque sea mínimo. Durante la crisis hay momentos en los que el cuerpo pide salir corriendo. ¿Qué hice? tomar un tiempo en soledad para resetear la mente. Aunque sólo fueran unos minutos, funciona.

Se ha leído que muchas madres ante una situación así necesitan destetar dice Pilar Martínez: “Si la agitación nos empuja a destetar a nuestro hijo tampoco debemos sentirnos mal por ello. La lactancia es una cosa de dos y tanto el bebé como la mamá deberían disfrutarlo”.

– Leer otras experiencias / información.

Quizás lo peor de la lactancia no sean estas crisis en sí mismas sino la poca empatía y desinformación del entorno ante ello. La famosa frase “ese niño lo que tiene es vicio” o “es muy mayor para tomar teta” comienza a resonar a partir de cierto momento de tu lactancia. Y, pese a que no son comentarios con maldad (o eso quiero pensar) molestan enormemente. Ante esto, paciencia y divulgación de información adecuada.

 

Comunicación Sociedad Argentina de Pediatría

Los niños y los medios de comunicación
La SAP ha manifestado de manera sistemática su preocupación por la exposición de niños y adolescentes a situaciones que no contribuyen a su saludable crecimiento y desarrollo.
En esta oportunidad, expresa su repudio a la manipulación de bebes, quienes en un programa de televisión “compiten “en una carrera de gateo.
La desvalorización de la imagen de los chicos, las mamas alentando con celulares y hasta tironeando de los brazos a sus niños, reflejan una relación asimétrica que linda con el terreno del abuso, sometiéndolos en un “entretenimiento de adultos” que persiguen un beneficio material o económico.
La responsabilidad por la protección de los niños/as y el pleno cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño involucra no solo a sus padres y/o cuidadores sino también a los medios de comunicación.
Reafirmamos los conceptos vertidos en el documento de SAP en relación a Los niños en y frente a los medios de comunicación disponible en:
Comisión Directiva SAP