Lactancia Materna: Cómo sobrevivir a la crisis de los dos años

Crisis de los dos años… ¡Socorro!

«La duración de la lactancia materna no es “hasta los dos años”, sino, a partir de los dos años, tanto tiempo como madre e hijo quieran”. «Jamás pensé (dijo una madre)  que llegaríamos hasta aquí, y no porque no sea posible llegar, sino porque me he pasado gran parte de este tiempo pensando en plazos: “a ver si llegamos a los 6 meses”, “a ver si llegamos al año”…

Nuestro camino comenzó con algunas grietas sin importancia, algo de desconfianza y con varias “crisis de crecimiento”. Atrás quedaron los miedos e inseguridades y a medida que Vera fue creciendo, y la lactancia se fue consolidando, yo también fui aprendiendo de ella(s). Pero cuando creíamos que todo era perfecto, absolutamente normal, y que éramos grandes expertas en esto de la teta… Zas! Llegamos a los dos años Vera con 22 meses demandaba teta como si fuera un bebé de semanas.

¿Qué es la crisis de los dos años?

Vera  comenzó a pedir teta como si tuviera semanas y sólo quería estar en mis brazos, algo que me produzco cierto desconcierto y muchísimo agotamiento. La crisis de los dos años.

“A los dos años viven su primera “adolescencia”. Son muy independientes y hacen muchas cosas solitos pero a la vez todo les da miedo. El mundo es enorme y la teta es su refugio, algo así como su salvavidas, el lugar donde encontrar paz. Y todo el día están de aventuras por lo que todo el día, o gran parte de él, están pidiendo teta”, explica Alba Padró, consultora IBCLC y asesora de lactancia materna.

El asunto no acabo ahí. Junto a ese aumento exponencial de la demanda de pecho, Cuenta la mama que su hijita comenzó a pedirlo con urgencia, diría que con enfado: “Mamá teta aquí, teta aquí”, repetía a gritos una y otra vez en cuanto intentaba bajarla al suelo o correteaba durante un rato. ¿La explicación? Alba Padró: “Su sed de independencia se junta con el tema de su reafirmación y la etapa del “no” por lo que cuando tardas en darles la teta, o lo quieres aplazar, se lo toman muy mal. A los dos años el lema es: ¡teta, aquí y ahora! Y como se te ocurra no darles la teta se enfadan mucho, que por otro lado aunque sorprendente es lo que toca y lo que deben hacer. Las madres se suelen sorprender mucho porque su dulce bebé pasa una temporada de enanito gruñón. Y no es que la teta les haga gruñones o maleducados o, peor aún, tiranos. Es, simplemente, un proceso natural que tiene principio y fin. Si les recibimos de la manera más amorosa posible cuando piden de manera poco adecuada, les damos pecho en la medida que podamos o les expliquemos que por lo que sea no podemos en ese momento van a ir aprendiendo poco a poco a pedirlo de otra manera.” Y todo pasa.  Es una etapa que se necesita aun más los brazos de mamá.

Agitación por el amamantamiento

 Alba Padró: » se estima que el destete o fin de la lactancia en el ser humano se sitúa entre los dos años y medio y los siete». En el tiempo que una madre amamanta se pueden sentir infinidad de sentimientos, muy diferentes unos de otros. Como  dicen: «ser madre es duro y las madres suelen tener las emociones a flor de piel, experimentado, a veces, una montaña rusa de sensaciones.”

La demanda excesiva  junto con los gritos, las rabietas y el agotamiento provocan en algunas madres que en muchas de las tomas sientan un rechazo brutal a seguir dando el pecho. Es un sentimiento raro, confuso, desagradable que hace sentir enormemente culpable.  “Aagitación por el amamantamiento” no es otra cosa que el rechazo hacia el niño/a cuando mama. Las madres que sienten esto en realidad necesitan que su hijo deje  de demandar de esa forma. A las mamás, no les es fácil decir abiertamente que ya no pueden seguir de esta forma, que tienen sentimientos y emociones arbitrarias.

Pero, todo pasa. Y todo ha vuelto a la normalidad. Por lo que cuenta Alba Padró,“se desconocen las razones por las que aparece el sentimiento de rechazo, pero se cree que quizá aparece por la necesidad inconsciente de acelerar el crecimiento de nuestros bebés. De la misma manera que las hembras de los pájaros animan a sus polluelos a salir del nido, las mamás en un determinado punto de la lactancia necesitan que se hagan mayores.

Para  superar la crisis de los dos años, se puede tener en cuenta;

Vivir una crisis de lactancia, y superarla, es algo agotador. A los tres meses vivimos la peor, yo diría que la crisis puede marcar el fin de tu lactancia si no dispones de la información (y de la paciencia) adecuada. Que conste que con esto no quiero decir ni que dar el pecho sea un sacrificio, ni que sea algo complicado o cosas similares. Simplemente creo que es importante saber que estas cosas pueden ocurrir para que, si suceden (que no tienen porqué), podamos enfrentarnos a ellas. – dijo

¿Qué puede servir para sobrevivir a la crisis de los dos años?

– Paciencia infinita. Esto creo que es algo fundamental para no desatar la tormenta. Sacar paciencia de dónde ya no había y comprender lo que estaba pasando  para controlar en cierto modo que la situación me superara.

– Hablar de ello. Cuando algo preocupa o afecta de algún modo negativo decirlo. El desahogo es necesario sea en la forma que sea: hablar, llorar, gritar…

 Buscar apoyo. Para mi esto es fundamental. Sólo con escucharse cómo te sientes ya ayuda muchísimo.

– Un cambio. A veces también es necesario un cambio aunque sea mínimo. Durante la crisis hay momentos en los que el cuerpo pide salir corriendo. ¿Qué hice? tomar un tiempo en soledad para resetear la mente. Aunque sólo fueran unos minutos, funciona.

Se ha leído que muchas madres ante una situación así necesitan destetar dice Pilar Martínez: “Si la agitación nos empuja a destetar a nuestro hijo tampoco debemos sentirnos mal por ello. La lactancia es una cosa de dos y tanto el bebé como la mamá deberían disfrutarlo”.

– Leer otras experiencias / información.

Quizás lo peor de la lactancia no sean estas crisis en sí mismas sino la poca empatía y desinformación del entorno ante ello. La famosa frase “ese niño lo que tiene es vicio” o “es muy mayor para tomar teta” comienza a resonar a partir de cierto momento de tu lactancia. Y, pese a que no son comentarios con maldad (o eso quiero pensar) molestan enormemente. Ante esto, paciencia y divulgación de información adecuada.

 

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