La lactancia materna protege a madres y bebés en caso de depresión posparto

La neurociencia demuestra que la lactancia materna no es solo leche

Las primeras experiencias de la vida preparan el escenario para la salud física en la vida posterior. Reducir el estrés tóxico temprano es clave para prevenir la enfermedad en adultos (Shonkoff, 2016).

La lactancia materna es una manera muy directa de disminuir el estrés tóxico temprano. Estudios recientes han demostrado que la lactancia materna aumenta el bienestar físico y mental de los bebés, y estos efectos van mucho más allá de la composición de la leche. Una clave para entender estos efectos a largo plazo es la respuesta materna. Cuando las madres responden a las señales de sus bebés de forma consistente, preparan el escenario para una resiliencia permanente en sus hijos. Y la respuesta materna a las señales es algo intrínseco de la relación de amamantamiento. Esto se refleja en la salud mental de los niños.

En un estudio de 2.900 parejas bebé-madre lactante, la lactancia materna durante un año se asoció con una mejor salud mental infantil en todas las edades hasta los 14 años (Oddy et al., 2009). La mayor duración de la lactancia materna se asoció con una mejor salud mental infantil en cada aspecto de la evaluación.

Depresión materna

La depresión materna tiene un efecto negativo bien documentado en bebés y niños. Es perjudicial porque afecta la capacidad de las madres para responder a sus bebés. Las madres deprimidas tienden a desapegarse de sus bebés, y a no responder a sus señales. Los bebés experimentan esto como muy estresante, y ser criado por una madre o un padre crónicamente deprimido puede tener efectos para toda la vida (Field, Diego y Hernández-Reif, 2009; Kendall-Tackett, 2002, Weissman, 2006).

Un seguimiento de 20 años de niños hijos de padres deprimidos los comparó con un grupo de niños adultos cuyos padres no tenían ninguna enfermedad psiquiátrica. Pues bien, los hijos adultos de padres deprimidos tenían una tasa tres veces mayor de depresión, trastornos de ansiedad y abuso de sustancias, en comparación con los hijos adultos de padres no deprimidos.

Durante muchos años, en los estudios sobre depresión materna no se incluyó el factor del tipo de lactancia. De hecho, durante años, los profesionales de la salud mental perinatal creían que la lactancia materna era en realidad un factor de riesgo para la depresión posparto. Afortunadamente, ahora tenemos pruebas que indican que las madres que amamantan en exclusiva están en menor riesgo de depresión. De hecho, la lactancia materna protege la salud mental de la madre (Dennis & McQueen, 2009; Groer y Davis, 2006; Kendall-Tackett, Cong y Hale, 2011).

Protección y capacidad de respuesta

Un estudio también encontró que la lactancia materna protege a los bebés cuando sus madres están deprimidas. Este estudio comparó cuatro grupos de madres: madres que estaban deprimidas (lactancia materna o fórmula) o no deprimida (LM o fórmula). La medida fue el EEG (electroencefalograma) de los bebés: los patrones anormales fueron un síntoma de la depresión en los lactantes. Los bebés de madres lactantes deprimidas tenían patrones EEG normales en comparación con los bebés de madres deprimidas y alimentadas con fórmula (Jones, McFall y Diego, 2004). En otras palabras, la lactancia protege a los bebés de los efectos nocivos de la depresión de sus madres.

La razón de este hallazgo se reduce a la responsividad materna. Los investigadores descubrieron que las madres deprimidas y lactantes no se desprendían de sus bebés. No podían. Las madres lactantes miraban, tocaban y hacían contacto visual con sus bebés más que las madres que no estaban amamantando. Y eso fue suficiente para marcar la diferencia.

Extraído de un artículo escrito por Kathleen Kendall-Tackett, PhD, IBCLC, FAPA

RECIPIENTES PARA CONSERVAR LA LECHE MATERNA

Para refrigerar y congelar la leche materna es necesario contar con recipientes adecuados que garanticen la óptima conservación e higiene de la leche.

En el mercado existen diversos envases diseñados especialmente para este fin: bolsas y recipientes… de los que a continuación veremos pros y contras. Y también podemos usar envases que aunque no han sido creados para almacenar leche materna, sirven perfectamente para este fin.

Recipientes no específicos

Si los recipientes no han sido pensados para contener leche materna deben cumplir estos requisitos:

  • Deben ser de boca ancha, para facilitar la limpieza y evitar que queden restos de leche que puedan ser fuente de contaminación.
  • En el caso de ser de plástico, deben ser de uso alimentario. Lo sabrás porque en la parte inferior del recipiente, podrás observar el símbolo de “apto para uso alimentario”, que es un tenedor y una cuchara. Este símbolo te asegura que el plástico que han usado para la fabricación del recipiente es seguro.
  • Los frascos de vidrio se pueden usar siempre y cuando la rosca para cerrarlos no tenga óxido (por ejemplo, los de yogur Dahi).
En casa seguro que encuentras recipientes que cumplan las anteriores normas y hay algunos que quizá te sorprendan como los bolsas de congelación de alimentos o las bolsas para hacer cubitos de hielo caseros. Estas bolsas son más baratas que las bolsas específicas y, a la hora de descongelar, permiten usar la cantidad exacta (en forma de cubitos de hielo) que pensamos que el bebé puede necesitar, evitando de esta manera malgastar la leche.

Los frascos de análisis de orina están desaconsejados, especialmente porque el plástico que se usa para su fabricación no es de uso alimentario, y también porque los productos que usan para esterilizarlo son tóxicos (óxido de etileno).

Recipientes específicos:

En el mercado existen diversas marcas que fabrican recipientes y bolsas específicos para la conservación de leche humana, podrás elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.

Pros y contras de recipientes específicos:

Pros:

  • Han sido diseñados para contener específicamente leche materna.
  • La mayoría de los recopientes y bolsas se adaptan al sacaleche de la misma marca lo que permiten refrigerar o congelar la leche de manera muy sencilla.
  • Los recipientes son reutilizables.
  • Según el envase elegido, puede ocupar menos espacio en la heladera.
  • Son fiables: las bolsas suelen ser de doble capa y los recipientes son fáciles de enroscar y evitar derramar leche.
  • Incluyen un espacio para indicar la fecha de extracción.

Contras:

  • Son más caros que otros recipientes.
  • Las bolsas son de un solo uso por lo que tendrás que ir comprando.
  • No siempre se pueden combinar productos de distintas marcas y siempre hay que comprar productos del mismo fabricante para que sean compatibles entre sí.
  • Suelen tener mucha capacidad para guardar grandes cantidades de leche y, en realidad, es mejor congelar en pequeñas cantidades.