Actualidad: La lactancia materna protege a las madres de la esclerosis múltiple

Las mujeres que dan el pecho durante un periodo acumulado de 15 o más meses tienen un riesgo hasta un 53% menor de desarrollar esclerosis múltiple o síndrome clínico aislado.

Cada vez hay más evidencias sobre las bondades, ciertamente numerosas, de la lactancia materna. Y no solo para los bebés, para los que tomar el pecho constituye la forma idónea de lograr los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse de una forma saludable.

También para las madres, para las que la lactancia materna se asocia a unos menores niveles de colesterol, presión arterial y azúcar en sangre tras el embarazo, así como a un inferior riesgo vitalicio de sufrir un infarto o un ictus. Y a todo ello se suma, según muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Kaiser Permanente de Pasadena (EE.UU.), que la lactancia materna también protege a las madres frente a la esclerosis múltiple reseñó El País.

Como explica Annette Langer-Gould, directora de esta investigación publicada en la revista «Neurology», «nuestro trabajo aporta más evidencias para apoyar que las mujeres que pueden dar el pecho a sus hijos lo sigan haciendo. Y es que además de otros beneficios tanto para la madre como para el bebé, la lactancia materna podría reducir el futuro riesgo de la madre de desarrollar esclerosis múltiple» reseñó ABC.

Suma de bebés

Entre otros muchos beneficios, la lactancia materna se asocia a un menor riesgo para las madres de cáncer de ovario, cáncer de mama o diabetes tipo 2. Y al día de hoy ya se sabe que las mujeres con esclerosis múltiple tienen menos brotes –o ‘ataques’ de la enfermedad– durante el embarazo o mientras alimentan a sus bebés de forma exclusiva con la lactancia materna.

Como indica Annette Langer-Gould, «distintos expertos han sugerido que los niveles de hormonas sexuales son responsables de estos beneficios. Sin embargo, nuestra hipótesis es que la falta de ovulación también puede jugar un papel, por lo que queríamos ver si una mayor duración de la lactancia materna o un menor número de años totales de ovulación se asocian a un menor riesgo de esclerosis múltiple».

Nuestro trabajo aporta nuevas evidencias para apoyar que las mujeres que pueden dar el pecho a sus hijos lo sigan haciendo, afirmó Annette Langer-Gould.

Para ello, los autores contaron con la participación de 397 mujeres que, con una edad promedio de 37 años, acababan de ser diagnosticadas de esclerosis múltiple o de síndrome clínico aislado –condición en la que el paciente sufre un primer episodio neurológico por la inflamación o desmielinización del tejido nervioso y que está considerada como un precursor de la esclerosis múltiple–. Y asimismo, con 433 mujeres sanas con edades similares a las de las pacientes.

Todas las mujeres respondieron a distintos cuestionarios en los que, entre otros factores, aportaron información sobre sus embarazos, uso de anticonceptivos hormonales y duración –de haberla llevado a cabo– de la lactancia materna. Los resultados mostraron que las mujeres que habían dado el pecho durante un periodo acumulado –a un único o más bebés– de 15 o más meses tenían un riesgo hasta un 53% inferior de desarrollar esclerosis múltiple o síndrome clínico aislado que aquellas que nunca habían dado el pecho o lo habían dado durante un máximo acumulado de cuatro meses.

Por su parte, las mujeres cuyo primer ciclo menstrual tuvo lugar a una edad de 15 o más años tuvieron una probabilidad un 44% menor de acabar padeciendo esclerosis múltiple que aquellas cuya primera menstruación se presentó cuando aún no habían cumplido los 12 años.

Más y más beneficios

En definitiva, y tal y como ocurre con la lactancia materna, parece que la edad de inicio de la menarquia –o primer sangrado menstrual– también influye en el riesgo de esclerosis múltiple. Una influencia, sin embargo, que no se observó con el número total de años de ovulación, la cifra de embarazos, el uso de anticonceptivos hormonales y la edad del primer alumbramiento.

Como concluye Annette Langer-Gould, «nuestro trabajo ofrece un nuevo ejemplo del beneficio para la madre de la lactancia materna. Sin embargo, no prueba que esta lactancia materna sea la responsable directa de una reducción del riesgo de esclerosis múltiple. Tan solo demuestra la existencia de una asociación».

Fuente: www.eluniversal.com

 

Importancia del Cepillado de dientes en niños

La frase favorita de las mamás en la noche es: «¿Ya te lavaste los dientes?» Y la respuesta favorita de los niños es: «en un rato, mamá». Si supieras la importancia del cepillado de dientes en los niños tal vez esta conversación no te parecería tan superflua.

Desde hace miles de años la gente se cepilla los dientes, aunque el primer cepillo de dientes fue inventado en China, hace 500 años. Además, explicale a tu hijo que tan solo 100 años atrás a una persona se le ocurrió crear una crema dental con sabor a menta. Antes de eso, las personas se cepillaban con tiza, jugo de limón o ceniza. ¡Decile lo afortunado que es al contar con una pasta dental saborizada!

¿Por qué lavarse los dientes?

El cepillado de dientes en niños debe ser un hábito incorporado desde pequeños, esto les ayudará a incluirlo en sus hábitos de aseo personal diarios y poco a poco ellos solos se darán cuenta de la importancia. Se estima que hasta los 6 años necesiten ayuda de los padres pues hasta esa edad se desarrollan casi todas sus habilidades motoras para lograr un buen lavado.

El cepillado de dientes diario en los niños es fundamental para cuidar su salud dental desde pequeños, ya que será posible prevenir la formación de placa dental y eliminar las bacterias y los residuos de las golosinas azucaradas que ellos comen. Si los niños se cepillan correctamente, es posible combatir las caries e infecciones; además de comprender desde temprana edad la importancia de la higiene personal.

Además, el cepillado de dientes no es cosa del otro mundo. Si bien es recomendable cepillarse un mínimo de 2 veces al día, lo ideal es que el cepillado se realice después de cada comida.

Consejos para tener dientes sanos

  1. Pedile que lave sus dientes 2 veces al día como mínimo.
  2. Enseñale el procedimiento correcto de lavado de dientes.
  3. El cepillado de dientes debe ser completo y paciente, no menos de 2 o 3 minutos cada vez.
  4. Enseñale a usar hilo dental.
  5. Llevalo regularmente al dentista, al menos una vez cada 6 meses.

Claramente, los padres deben ser el ejemplo en casa. Si no te cepillás los dientes, seguramente tus hijos tendrán la misma conducta descuidada y será más difícil hacerlos caer en la cuenta de la importancia del cepillado de dientes y de los buenos hábitos para la salud.

PUBLICADO POR:YULIETH MORA, www.vix.com/es

 

Actualidad: La alteración de la flora intestinal, clave en las patologías infantiles

El aumento de patologías como alergias, dermatitis atópica o asma en niños parece estar íntimamente relacionado con la alteración de la flora intestinal debido, entre otros factores, a una mala alimentación durante la infancia e, incluso, de la madre durante el embarazo.

Así lo ha advertido el dietista, nutricionista, investigador y docente del departamento de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia, Jesús Sanchís, quien durante el mes de julio ha participado en un curso de verano de la Universidad de Alicante «Rafael Altamira» sobre nutrición infantil avanzada, concretamente sobre la microbiota intestinal (microorganismos de los intestinos).

En una entrevista concedida a Efe, este experto ha explicado que la microbiota intestinal empieza a programarse desde la gestación, por lo que resulta trascendental que los progenitores cuiden su alimentación incluso antes del nacimiento.

La «disbiosis» de la microbiota (así se denomina a la alteración) también puede estar relacionada con futuras enfermedades autoinmunes o metabólicas, como por ejemplo la obesidad o la resistencia a la insulina, cada vez más presentes entre la población infantil.

Entre los factores que pueden contribuir a dicha variación negativa se encuentra la toma de antibióticos o fármacos en general, como el extendido omeprazol; también el parto por cesárea o la lactancia artificial, que contribuyen a una microbiota «diferente y peor», tal y como ha indicado Sanchís.

La falta de ejercicio físico y el desarrollo de los pequeños en ciudades alejadas de la naturaleza son otros componentes que debilitan su sistema inmunológico.

«Es muy importante que los niños estén en contacto con la naturaleza, pues son numerosos los estudios que revelan que los pequeños que crecen en entornos rurales tienen índices de alergia y asma significativamente menores que aquellos que lo hacen en entornos urbanos», ha incidido.

Sin embargo, a pesar de todos estos factores, quizá el más importante termina siendo, por evidente, la alimentación.

A una edad temprana, Sanchís ha recomendado una dieta basada, principalmente, en frutas, hortalizas y tubérculos, evitando productos «altamente procesados» como los alimentos envasados para bebés o los panificados industriales.

El motivo es que suelen contener cantidades importantes de azúcares, edulcorantes artificiales, grasas perjudiciales, emulsionantes y otros aditivos que perjudican a la microbiota y, por tanto, a la salud.

Esta recomendación se extiende más allá de la infancia, puesto que es imprescindible para que los adultos también dispongan de una microbiota intestinal sana y se muestren coherentes con el mensaje que trasladan a los niños.

En cuanto a los bebés, «no hay nada mejor que la leche materna» ya que contiene probióticos (microorganismos vivos procedentes del intestino de la madre) y prebióticos (el alimento de los probióticos) que son claves para una salud intestinal idónea.

Sanchís ha explicado lo que se denomina «eje microbiota-intestino-cerebro», el cual certifica que cualquier alteración de una de estas partes afecta, invariablemente, a las otras dos.

«Uno de los grandes problemas actuales es la mala gestión del estrés y las emociones, porque terminan por alterar la microbiota de la madre y, por ende, la de los bebés», ha especificado.

¿Hasta cuándo es recomendable la lactancia materna? Para Sanchís es una decisión de dos partes: la madre y su hijo: «Siempre que se pueda, debe ser exclusiva hasta aproximadamente los seis meses y extenderla hasta que la madre y el niño quieran», ha opinado.

Fuente: www.eldiario.es

La manera en la que le hablamos a los niños se convierte en su voz interior

La manera en la que le hablamos a los niños se convierte en su voz interior…

Los niños… piezas frágiles cual cera en la que grabamos cada instante, la manera en la que nos relacionamos con ellos dejará marcas en su alma, en su vida, en su futuro, cada niño representa una nueva oportunidad de cambiar las cosas, de hacerlo mejor, de forjar en ellos sentimientos, en tanto más amor se le entrega a un niño, mayor alegría se dejará en su corazón. Los niños están llenos de sueños, de ideas, de ilusiones, de promesas…

El ritmo cotidiano diario muchas veces no nos permite estar presente y atentos a las necesidades de nuestros hijos. En ese día día muchas veces no nos percatamos de cómo hablamos con nuestros hijos o con los niños en general, las repuestas que les damos, las conversaciones que no seguimos, las promesas que jamás cumplimos, cuando decimos “ahora no, después”… alzamos la voz, apuramos, e incluso negamos amor y atención a nuestros niños bajo cualquier justificación, no nos damos cuenta de lo importante que somos para ellos, de lo valiosos que somos en su vida, del ejemplo que somos en su camino y de que para ellos cada oportunidad que tienen de escucharnos es mágica y lo debería ser también para nosotros.

Debemos ser cuidadosos, ante todo, cuidar la manera en la que le hablamos a los niños, para manifestarle nuestras angustias, nuestras molestias y nuestro amor, no es únicamente cuidar como se les reprende, también como se les ama y se les hace saber que son lo más importante en nuestra vida, porque de lo sutil del amor a lo terrible de la manipulación solo hay un paso, de allí tantos niños que manipulan con su comportamiento, se vuelven caprichosos, arrogantes e incontrolables, entonces queremos culparlos, los reprendemos, castigamos y le hacemos saber mil veces que nos decepcionaron, que no deseamos estar con ellos, sin embargo, somos incapaces de reconocer que nunca cuidamos las palabras que salieron de nuestra boca, como les hablamos, tanto para amar como para corregir.

Los niños, ya lo hemos hablado, agradecen los límites, los hacen sentir amados, respetados, cuidados, es decir; la disciplina les da certeza, igual que el ritmo, las rutinas. Aunque no lo parezca, los niños siempre están atentos a todo, las conversaciones externas, las discusiones de sus padres,  a las ofensas de la gente manejando, a los gritos de las personas y los gestos de amor entre las personas, se dan cuenta de todo lo que ocurre a su alrededor, pero no con nuestra visión adulta, no con la malicia o la desconfianza, sino con la inocencia plena y simple de un niño, como un recipiente que recibe, que almacena y que tarde o temprano reproducirá, esto puedes experimentarlo tu mismo con algún recuerdo que haya marcado tu infancia.

Si bien no debemos acostumbrar a nuestros niños a vivir en burbujas de cristal, donde todo es perfecto y donde se mantengan ajenos al dolor, al sufrimiento y a las caídas, tampoco toca enseñarles la crudeza de las cosas sin cuidar la manera, cada palabra que sale de nuestra boca, representa todo un panorama para ellos, de allí que se pueda desviar tan fácilmente la vida de un niño, por su inocencia y fragilidad.

Es importante construir memorias con los hijos, los propios y los niños ajenos, construir fortaleza en su espíritu, para no sean luego adultos rotos. Importa que los niños se sientan amados en su infancia, que la atesoren el resto de su vida para que, cuando les toque criar a otro niño lo hagan desde el amor, desde la compasión, desde la empatía.

Si no le hablas bien a los niños, no es tarde para cambiar, nunca lo es.

No lo olvides: niño ve, niño hace y la palabra educa, pero, el ejemplo arrastra.

 

Actualidad: La importancia de los relatos de parto

Por Dra. Ibone Olza

Cuando una mujer se queda embarazada, una de las primeras cosas que hace es acudir a la sección de maternidad de una librería en busca de libros sobre el embarazo y el parto. Algunos de ellos transmiten una visión normal y fisiológica del mismo, mientras que otros transmiten una visión medicalizada. Pero en general no suelen recoger algo muy importante: la experiencia de las madres.

Contar el propio parto una y otra vez es una necesidad de las madres recientes (¡y muchos padres!), como lo es escuchar o leer los relatos de otras madres. Es una necesidad universal, de todas las mujeres que han dado a luz recientemente, que se da siempre y en todos los lugares del planeta. La enfermera estadounidense Lynn Callister ha viajado por todos los continentes para investigar por que las mujeres tienen la necesidad de contar sus partos, y ha escuchado y recogido con detalle los relatos de mujeres de distintas culturas y etnias, desde las indígenas guatemaltecas hasta las mujeres jordanas o las campesinas chinas. Su investigación ha demostrado que la necesidad de contar el parto repetidamente en las semanas que siguen al nacimiento es universal: es decir, se da en todas las mujeres independientemente de su cultura, país de origen o religión. 

En la actualidad en la sociedad industrializada, con familias pequeñas, geográficamente dispersas y pocos hijos, a veces hay poco espacio para dar rienda suelta a esa necesidad.  También para escuchar o leer los relatos de otras madres, que a menudo es la única forma de conocer lo que es un parto desde el punto de la experiencia de la mujer y de la psicología del parto  (no solo desde un punto de vista médico o de la fisiología).


Por qué es importante

Las madres recientes tienen la necesidad de contar su parto a otras mujeres, no una sino muchas veces. Esto es así por varios motivos.

madresEl más importante es que contar el propio parto una y otra vez permite ir integrando la experiencia, completar las piezas del puzzle. El parto conlleva un característico estado alterado de consciencia, en el que los sentidos están a flor de piel, se altera la percepción del tiempo, se agudiza la percepción de ciertos estímulos y disminuye la sensibilidad hacia otros. El hecho es que es bastante habitual que no se recuerden claramente algunas partes, y al revivir la historia y contarla, los recuerdos se van ordenando, y cuando es posible contrastando, por ejemplo con la pareja, si él también estuvo presente en el parto, o con los profesionales, si hay la oportunidad de continuar la relación con ellos. Al contar a diferentes personas y en distintos momentos la historia del parto, la secuencia temporal se ordena, se completan detalles olvidados y la historia se va completando.

El estado ampliado de consciencia propio del parto es un efecto de las hormonas del parto: la oxitocina, también llamada la hormona del amor y la confianza, por sus efectos sobre el comportamiento; y las endorfinas, que tienen el efecto de aliviar el dolor y generar bienestar y placer. Son las responsables de que algunas mujeres puedan incluso dormitar entre contracciones. Pero estas hormonas pueden alterar la percepción del tiempo, la memoria y los recuerdos, haciendo que el parto se recuerden como más corto y menos doloroso de lo que fué, y que el dolor se olvide en cuanto termina el parto. En el bebé, las hormonas que se producen de forma intensa al atravesar el canal del parto dan lugar a un estado de alerta especial único en la vida: si los recién nacidos están con su mamá y se sienten seguros, pasan las dos primeras horas de vida en estado de alerta tranquila, muy atentos a su madre, transitando de forma suave a la nueva situación. Este estado se llamada periodo sensitivo, y es esencial para el establecimiento del vínculo. Para las madres, las memorias de esos primeros momentos quedan firmemente grabadas y con todo detalle (aunque los fármacos anestésicos o analgésicos pueden interferir bastante en todo ese proceso).

Según revelan los trabajos de Lynn Callister, en el parto son bastante frecuentes las vivencias espirituales o místicas; las madres afirman sentirse conectadas con la Madre Tierra, con sus antepasadas, con un ser superior, o con todas las mujeres que estaban dando a luz en ese momento … El primer cruce de miradas con el bebé es igualmente vivido como un momento trascendental para muchas madres, de conexión con algo superior difícil de explicar racionalmente. Las mujeres que han vivido un buen parto casi siempre se sienten más poderosas y con mayor autoestima.

Otro efecto de contar el parto a otras mujeres de la familia (madre, tías, hermanas, abuelas) es que se incrementa el sentimiento de pertenencia a la comunidad familiar, de ser el último eslabón de un linaje familiar femenino, de formar parte del colectivo universal de madres. Es normal que cuando una madre reciente cuanta su parto con todo lujo de detalles, las que están escuchando también tengan historias que compartir de sus partos o los de otras mujeres de la familia. El resultado de este compartir relatos es que se teje un saber colectivo que beneficia a todas, especialmente a las más jóvenes, las niñas y las que no han sido madres todavía.

Ibone Olza
Psiquiatra perinatal

Mastitis

La realidad es que la mastitis puede aparecer en cualquier momento de la lactancia, ya sea al inicio como al final. No hay una única época o una franja temporal en la que podamos situar la aparición de una mastitis. La evidencia científica dice que las mastitis se producen más frecuentemente durante la segunda y tercera semana de lactancia, y es que la triste realidad es que muchas madres dejan la lactancia a causa de la falta de ayuda, por el dolor o por tener que incorporarse al trabajo remunerado,  lo que no permite tener datos de que afectación causa la mastitis en madres que dan más pecho durante más meses o años.

La mastitis es una inflamación y posterior infección de un cuadrante de la glándula mamaria que puede ocurrir por un mal vaciamiento/drenaje de la glándula o por situaciones que nos pueden sorprender como por ejemplo: ir al dentista y tener que tomar un antibiótico o padecer una gastroenteritis que pueden modificar la flora intestinal y propiciar por ende la proliferación de ciertas bacterias en la glándula. La incidencia de mastitis varía del 3 al 33% según la literatura científica, y puede afectar a un solo pecho o a ambos.  Y según si la madre ha recibido o no el tratamiento antibiótico adecuado, en caso que aparezca fiebre y esta no remita, pueden producirse nuevas recaídas.

Ante cualquier mastitis: dolor articular, la aparición de una mancha roja en el pecho y dolor al amamantar… la pauta de actuación es la misma ya que la mayoría de mastitis se pueden solucionar sin la necesidad de tratamiento antibiótico.

En el momento de aparecer las primeras señales de que la mastitis es incipiente hay que tomar las riendas de la situación:

  • Fomentar el vaciamiento/drenaje de la glándula de manera frecuente
  • Aplicar frío en la zona afectada
  • Y descansar como si de una gripe se  tratara.

Con estas medidas eliminamos y frenemos la progresión de la mastitis. Y solo en el caso que aparezca fiebre (38 ºC o más)  y que no desaparezca en 12-24hs.  hay que acudir al médico para que recete el antibiótico adecuado.

Es importante recibir asesoramiento y acompañamiento de una puericultora, más aún en este particular momento donde es importante para una favorable evolución, detectar y trabajar para corregir o cambiar la causa que produjo la afección.

Actualidad: Carlos González: ‘Que los niños vayan a la guardería es antinatural’

Muchos brazos, mucha teta y muchos mimos. Para el famoso pediatra Carlos González, la crianza de lo niños se basa en cubrir sus necesidades afectivas y para eso, según dice, los padres no deben seguir ningún método, sino que deben dejarse guiar por su instinto sin miedo: «Un niño que quiere ir todo el rato en brazos ni es un malcriado ni se convertirá en un delincuente juvenil». Este médico es el autor de libros best seller como ‘Bésame mucho’ o ‘Un regalo para toda la vida’.

«Es absurdo eso de que a los niños les viene bien llorar porque el llanto les abre los pulmones. A los adultos con insuficiencia respiratoria el médico no les recomienda jamás que lloren», ha explicado en rueda de prensa ante los medios el pediatra catalán, que tampoco entiende el afán por hacer que los críos se alimenten de una «forma tan rara»: «El problema es que intentamos que nuestros hijos coman distinto a lo que comemos los adultos. Los mayores no hacemos comidas monográficas ni comemos un montón de cereales juntos, que son una bomba con muchísima azúcar y que sin embargo nos emperramos en dar a los bebés».

González ha hecho hincapié en la gravedad de la obesidad infantil en España, que ya «es una epidemia y se ha convertido en el problema más grave de los niños españoles». Para atajarlo, González defiende ante todo la lactancia materna: «El objetivo de la alimentación complementaria (papillas) no es que el niño esté mejor nutrido, lo que más les nutre es la leche de sus madres. El objetivo es que aprendan a comer normal, lo mismo que comen sus padres en casa». A este respecto, el famoso pediatra ha indicado el problema de que «que cada vez hay más niños de dos o tres años que no saben masticar ni tragar alimentos sólidos por culpa de estar acostumbrados a los triturados».

«Tendríamos que fijarnos más en lo que hacían nuestras madres y abuelas, al preguntar estas cuestiones a ellas y no a los médicos. En la facultad de Medicina no nos enseñan si es bueno echar un puerro al caldo de la papilla ni si la ropa de los bebés es mejor que sea de algodón», ha explicado el famoso pediatra mientras ha asegurado que «para ser padres son necesarias muchas horas de entrenamiento, como a los futbolistas. Es antinatural que los niños vayan a la guardería y sus padres les vean solo dos o tres horas al día«. «Las madres se separan de sus hijos demasiado pronto, cuando aún no están preparados, y luego esos niños que no han visto atendidas sus necesidades afectivas no se van de casa hasta los 35 años», ha explicado.

A modo de comparación, González ha hablado de países como Alemania, donde solo el 6% de los niños menores de 3 años acude a guarderías infantiles y también ha señalado el poco tiempo que dura el permiso por maternidad en España comparado con otros lugares de la Unión Europea como Suecia. Mientras las madres españoles disfrutan de apenas 4 meses para atender a sus hijos, las suecas pueden hacerlo durante un año y medio: «Lo curioso es que tanto aquí como allí tenemos el mismo tiempo de vacaciones, un mes al año, y nos jubilamos a la misma edad, a los 65. Pero hay cuestiones tan importantes como las de tener un hijo en la que sí nos diferenciamos y salimos perdiendo».

Carlos González, además de ser pediatra y autor de libros de éxito sobre la crianza y la alimentación infantil, también es fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna.

Autora: Lola Sampedro

Nota extraída de: www.elmundo.es

 

Primeras horas de vida

«Los recién nacidos suelen establecer contacto visual con la madre, mirándola fijamente y escuchándola con atención, lo que es indicador de altos niveles de oxitocina intracerebral, que presumiblemente va a quedar grabado dado el efecto en la memoria de los también elevados niveles de catecolaminas cerebrales. La comprensión de los efectos de las neurohormonas nos permite deducir que el recién nacido sano probablemente experimente una intensa sensación amorosa en las primeras horas de vida que quedará profundamente grabada en varias áreas de su cerebro. Y algo similar debe de suceder en la madre, como nos demuestran los relatos de las madres, las observaciones realizadas en sala de partos y la interpretación de los hallazgos neurobiológicos».
«Olza, I. Marín, MA. Gil, A. Maternidad y Salud: Ciencia, conciencia y experiencia. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. 2012».