El porqué de las huelgas de lactancia

Si el bebé rechaza el pecho habrá que buscar el porqué. Puede deberse múltiples factores como una otitis, la salida de un diente o a una lesión en la boca (afta)

Hoy hablaremos de la «huelga de lactancia» una situación en la que, sin motivo aparente de repente el bebé rechaza el pecho. Conducta que hace dudar a la madre si la lactancia ha llegado a su fin.

La sospecha es errónea, ya que es rarísimo que un lactante que toma leche materna se destete repentinamente de forma natural por decisión propia antes del año de edad. El destete natural y espontáneo no inducido por la madre, es decir, el que se produce por parte del bebé es gradual, nunca inesperadamente. Por lo tanto, si el bebé rechaza el pecho, habrá que buscar el porqué. Ningún mamífero deja de tomar su principal alimento de repente, y la leche materna es el principal alimento del bebé en su primer año de su vida. Lo primero que hay que hacer es descubrir cuál es el problema y solventarlo para continuar ambos disfrutando de la lactancia. Un lactante puede rechazar mamar de un pecho o de los dos, porque le esté ocasionado molestias. El succionar del pecho puede incrementar un dolor de oído debido a una otitis, siendo el motivo por el cual no quiere comer, o, también puede dificultar el agarre al pecho y ser la razón por la que se niega a mamar, una lesión en su boca (afta) o incluso la salida de algún diente. Por consiguiente, ante cualquier sospecha de que la succión al pecho puede resultarle molesta, mi recomendación es acudir al pediatra para que revise al lactante y valorar si existe algún problema y en consecuencia prescribir el tratamiento oportuno, que permitirá a su vez al lactante continuar alimentándose al pecho. Los mocos son otro inconveniente por lo que un lactante declina amamantar. Un lactante respira y mama a la vez, de modo que su nariz congestionada dificulta su respiración mientras succiona del pecho, siendo una de las principales causas por las que rechaza el pecho. En estos casos le ayudará si antes de la toma, despejas las vías respiratorias con un lavado nasal con suero fisiológico para limpiar de mocos su nariz. Como el lactante no sabe sonarse la nariz y el suero fisiológico viene a ser para el bebé el equivalente a los pañuelos para los adultos, puedes utilizarlo las veces que sea necesario. A la vez, en el caso de mocos es muy recomendable que continúe mamando con frecuencia, puesto que, la leche materna ayuda a fluidificar los incómodos mocos. Además, una posición adecuada del bebé al pecho como la postura de «caballito» o vertical, en la que el bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre, contribuye a que respire mejor durante la toma cuando está congestionado. En otros casos, la introducción rápida de la alimentación complementaria puede desencadenar una «huelga» de lactancia. A partir de los seis meses y hasta el año de edad la leche debe seguir siendo su principal alimento. Si se le ofrece demasiada cantidad de alimentos, puede suceder que algunos lactantes prefieran comer y rechacen el pecho destetándose precozmente.

Otra posible razón son las situaciones estresantes tanto en la madre como en el lactante. En este sentido destacar algunas circunstancias frecuentes como la reincorporación de la madre al trabajo, un cambio de domicilio, un viaje inesperado…En definitiva una gama de situaciones que causan cambios en la rutina del bebé, nada raro puesto que también estas circunstancias perturban a los adultos produciendo en ocasiones cierta inapetencia, nada extraño por lo tanto, que al lactante la situación le produzca desgana. Van a ser circunstancias pasajeras que remitirán en unos días con una dosis de paciencia y tranquilidad. Un cambio de sabor en la leche es otra de las posibles causas que pueden desencadenar que el bebé rechace el pecho. Aunque se trata de un ser pequeño, es capaz de notar pequeñas variaciones de sabor y en consecuencia rechazar comer. Un ejemplo de estas son la primera menstruación de la madre, un nuevo embarazo o incluso una mastitis, En estos casos la leche cambia de sabor, se vuelva más salada, lo cual no gusta a algunos bebés. Igualmente determinados alimentos o medicamentos que la madre puede estar tomando, pueden alterar el sabor de la leche, o incluso un olor nuevo en la piel de su madre por un desodorante, gel, perfume, etc, puede hacer que el lactante rehusé mamar. En conclusión un abanico de posibilidades que pueden desencadenar en una «huelga» de lactancia del bebé, que no sabe hablar, y negándose a mamar nos da a entender que algo va mal o no le está gustando. Por lo que, no queda más remedio que investigar, descubrir la causa para superar este momento tan angustioso. Mantener la calma con alta dosis de paciencia, siendo perseverante, ya que esto no significa el fin de la lactancia, sino un problema pasajero que en el caso de que tengas la sospecha de que se trata de un problema médico (infección de oído, garganta, aftas…) deberás acudir al pediatra para que evalué al bebé y prescriba el tratamiento adecuado. En otras ocasiones bastará con hacer mucho contacto con el bebé, amamantando en un lugar tranquilo, sin distracciones y sin esperar a que el bebé pida por hambre… y como ya te indiqué, tener una alta dosis de serenidad, confiando que en poco tiempo todo volverá a la normalidad. Las «huelgas» de lactancia suelen durar 4-6 días. No merece la pena tirar por la borda el único alimento que contiene «todos» los nutrientes, además de la exclusiva patente de contener sustancias que refuerzan su sistema inmunitario, a la vez, de llevar implícito todo el cariño de mamá.

Autora:Cintia Borja,  Enfermera, consultora lactancia materna certificada IBCLC.

 

La crianza con apego favorece el desarrollo neuronal de los bebés

Los neuropediatras aconsejan interactuar con los menores de hasta 3 años, hablarles y mimarlos. La fisionomía infantil desencadena en la mayoría de los adultos en edad fértil un instinto de protección

«No le hagas tanta upa, que lo estás malcriando y se acostumbrará». Todas las mamás primerizas y todos los papás primerizos escuchan este mantra de boca de familiares, amigos, vecinos y desconocidos que alegan los presuntos beneficios de criar bebés más independientes. Puede que esté dicha con buena intención, pero la frase no puede ser más errónea. Mimar a los bebés, tenerlos a upa, besarlos y hablarles hace que crezca su cerebro. No lo dicen solo los gurús de la crianza con apego. Lo confirma la ciencia.

«Los bebés necesitan que les hables, los toques e interactúes con ellos. De esa manera estás favoreciendo las conexiones neuronales [sinapsis]. Tiene que haber estímulos para que las neuronas se conecten. Hasta los 3 años, y sobre todo en los primeros meses de vida del niño, se producen entre 700 y 1.000 conexiones neuronales por segundo. Si no interactúas con tu bebé, ¿qué estímulos va a recibir? ¿Cómo va a aprender a hacer cosas?», explica la médica, pediatra y neuropediatra María José Mas, autora de La aventura de tu cerebro. «Cuando una mamá o un papá acarician, abrazan, besan y hablan con su bebé le están proporcionando experiencias que le van a permitir generar esas conexiones. Tienen que ofrecer esos estímulos con cariño y sin estrés. Cuando le hablas a tu pequeño, tu objetivo como padre –aunque sea inconsciente– es que aprenda a hablar también», continúa la experta.

Los bebés, de hecho, están programados para que se les mime y se les abrace. Su fisionomía está diseñada para eso, algo que ya fue descrito científicamente por el médico Konrad Lorenz. El kindchenschema (el esquema de los niños) responde a una cabeza grande respecto al cuerpo, brazos y piernas rechonchas, nariz y barbilla pequeñas, ojos grandes y piel suave. Estas características dan al bebé un aspecto frágil e indefenso que despierta ternura. «Pasa también con los animales, ya sea un cachorro de perro o un tigre recién nacido. Cuando un niño –o un animal– tiene un aspecto frágil, desencadena en la mayoría de personas, sobre todo en las que están en edad fértil, un instinto de protección», describe la doctora Mas, neuropediatra.

Hablar con el niño es darle la oportunidad de aprender el lenguaje. Desde la más tierna infancia, cuanto más se expone a los bebés a nuevas palabras, mayor es su vocabulario. «Los padres no solemos saber qué decirle a un bebé. Pero puedes hacer muchas cosas: describir lo que ves en la habitación, explicarle qué estás cocinando o contarle lo que has hecho en el trabajo», afirma el psicólogo Álvaro Bilbao en El cerebro de los niños explicado a los padres.

BÁSICO CON PREMATUROS

La evidencia científica demuestra que el contacto físico es fundamental para el desarrollo humano. En el caso de los bebés prematuros, a los problemas estrictamente médicos que sufren se suma el riesgo de que sus madres y padres no desarrollen de forma inmediata el vínculo porque su aspecto no cumple las expectativas del bebé con el que soñaban sus padres. Existe, incluso, el peligro de un posible rechazo. De ahí la importancia del método piel con piel. «Sostener a un bebé prematuro y ponérselo encima ayuda al niño a regular la temperatura. Además, es un lugar cercano para él por los olores y los sonidos del cuerpo de la mamá», advierte la autora de La aventura de tu cerebro.

«Cuando hablas con tu hijo, lo besas y te observa, su cerebro realiza conexiones que le ayudarán a afrontar su vida como adulto», concluye el psicólogo Álvaro Bilbao.

Fuente: Olga Pereda.

 

ENTREVISTA AL DR. GUSTAVO HUGO SAGER: BENEFICIOS DE LA LECHE MATERNA. BENEFICIOS DE LA DONACIÓN.

Entrevista realizada al Dr. en Pediatría: Gustavo Hugo Sager. Uno de los principales referentes para muchas mamás, familias y profesionales de la salud, en todo lo que respecta a: lactancia materna, donación y bancos de leche humana en nuestro país.

DR. SAGER: USTED EN NUESTRO PROCESO FORMATIVO EN PUERICULTURA NOS HABLO MUCHÍSIMO SOBRE LA IMPORTANCIA Y LOS BENEFICIOS DE LA LECHE MATERNA, ME GUSTARÍA QUE NOS EXPLIQUE BREVEMENTE LA SIGUIENTE DEFINICIÓN: «ES UN ALIMENTO: FUNCIONAL, INAGOTABLE, ECONÓMICO, VIVO, HUMANO, CAMBIANTE Y ECOLÓGICAMENTE PERFECTO».

Es un alimento funcional: porque no sólo alimenta sino que inmuniza al niño, tiene glóbulos blancos vivos que transfieren de madre a hijo toda la inmunidad hecha por su madre desde que nació a su pancita para protegerlo y tener 18 veces menos diarreas, 8 veces menos otitis medias agudas y 3 veces menos neumonías que los niños alimentados con leches de vaca o fórmulas a base de leche de vaca. Es inagotable: porque cuanto más se saca más se tiene, la madre de mellizos produce el doble que la de un niño único y siempre se sigue teniendo leche mientras la madre o el niño la extraigan. Es económico: porque sólo tiene como costo un poco más de comida que coma la madre mientras da el pecho para reponer sus reservas de alimento. Tiene agua segura y filtrada, 200 mono y oligosacáridos que hacen que el niño desarrolle una flora intestinal perfecta con características únicas, es decir, actúan de probióticos y junto a la flora prebiótica (los bifidobacterium) hace que se tenga un efecto simbiótico. Es humana: porque tiene componentes humanos, principalmente sus proteínas son humanas lo que no hace desarrollar alergias: asma y eczemas. Es cambiante: a través de los días (calostro, leche de transición y leche madura) y mientras el niño mama: al principio de la toma es una solución, luego una suspensión y al final de la mamada una emulsión con 5 veces más grasas que la leche del comienzo. Es Ecológicamente perfecto: ya que no hay gasto de combustibles para calentar la leche, no hay envases ni latas que actúen de residuos no reciclables y el ahorro de agua que implica el amamantamiento.

TENIENDO EN CUENTA QUE LA LECHE MATERNA ES EL MEJOR ALIMENTO QUE PUEDE RECIBIR UN BEBÉ, CUÁL SERÍA LA IMPORTANCIA DE LA DONACIÓN? QUIENES SON LOS RECEPTORES DE ELLA?

La Donación de leche materna es la forma altruísta, bondadosa, donde las mamás que están amamantando a sus propios hijos se proponen extraerse una leche extra que no necesita su propio hijo y donarla a un banco de leche, donde principalmente prematuros enfermos que por distintas razones no disponen de leche de sus propias madres la necesitan para prevenir enfermedades que la leche humana previene en ellos: la enterocolitis necrotizante, la sepsis neonatal, la retinopatía del prematuro y la broncodisplasia pulmonar. La leche materna previene todo esto por distintos mecanismos, principalmente por sus características antioxidantes. Los receptores además de los prematuros son los niños que han sido operados principalmente de enfermedades abdominales, niños más grandes con alergia a la proteína de la leche de vaca, deficiencias inmunitarias y diarreas intratables. Son como nodrizas pero con procedimientos técnicos intermedios donde se analiza y pasteuriza la leche para quitarle toda posible transmisión de enfermedades.

¿QUIENES PUEDEN DONAR SU LECHE?

Puede donar cualquier mujer sana que amamante a su hijo y presente los análisis de sangre negativo para enfermedades tipo: sífilis, hepatitis B, chagas y HIV, que no fume y no tome medicamentos contraindicados en la lactancia que no son muchos y no consuma alcohol.

¿CUÁNDO SE PUEDE EMPEZAR A DONAR LECHE MATERNA?

Lo ideal para comenzar a donar leche es cuando ya está establecida la lactancia, es decir, luego de los 20 o 25 días de vida del niño propio

EN NUESTRO ROL DE PUERICULTORAS, CONSIDERAMOS DE GRAN IMPORTANCIA LA CONCIENTIZACIÓN Y LA PROMOCIÓN TANTO DE LA LACTANCIA MATERNA, COMO ASÍ TAMBIÉN DE LA DONACIÓN DE LA LECHE HUMANA. QUÉ LES DIRÍA A AQUELLAS MAMÁS QUE PODRÍAN COMPARTIR SU LECHE, ES DECIR, QUE PODRÍAN DONAR Y AÚN NO LO HAN HECHO?

Que pueden hacer mucho bien, que donar leche es donar vida, que van a fabricar más leche y que su propio niño va a estar doblemente feliz porque su madre tendrá más leche y porque tendrá un hermano de leche.

Fuente: Carla Dadone, Puericultora