Ignorar el llanto del bebé desincroniza los cerebros de la criatura y su madre

La profesora de Psicología en la Universidad de North Texas, Wendy Middlemiss realizó un estudio a partir de la pregunta que se planteó con su propio hijo, si los métodos conductistas para “enseñar” a dormir al bebé a base de ignorar su llanto eran saludables o si eran perjudiciales para su bienestar emocional.

Cuando Middlemiss buscó la justificación científica para esta práctica, no encontró ninguna. Poco después comenzó a investigar sobre el tema para averiguar qué dice la ciencia acerca de si los padres deben responder a los llantos nocturnos de sus hijos. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la publicación Early Human Development.

“Los bebés dependen de los padres para regular sus estados emocionales en el primer año de vida. Necesitan que los padres les ayuden cuando están alterados. Por tanto no responder al llanto les impide aprender a calmarse cuando están en dificultades” dijo Middlemiss. El apoyo a los bebés cuando están alterados o cuando lo necesitan, -lo cual está muy condicionado por la disponibilidad emocional de los padres-, puede contribuir a una mejor calidad del sueño, así como a una mejor salud emocional y social.”

Trabajando con enfermeras en Nueva Zelanda, comenzó a estudiar a un grupo de lactantes que participaban en un programa de sueño realizado en el hospital. Uno de los primeros estudios consistía en estudiar la respuesta fisiológica al estrés de madres y bebés durante el “entrenamiento” basado en la no atención del llanto. Middlemiss utilizó kits de prueba de saliva para estudiar diferentes marcadores hormonales de estrés en los bebés y sus madres, como los niveles de cortisol. Sus resultados indican que los padres tienen razones para estar preocupados con la forma en que los bebés experimentan este “entrenamiento”.

“Encontramos que mientras que el método había tenido un “éxito” aparente ya que los niños terminaban por dejabar de llorar y en algún momento posterior se dormían, los niveles de estrés fisiológico se mantuvieron muy altos, incluso cuando en las madres las respuestas de estrés eran más bajas (ya que pensaban que el bebé se había dormido)” dijo Middlemiss.

Middlemiss dijo que su investigación indica que, al menos durante los primeros días del entrenamiento, la prolongada falta de respuesta materna se asocia con los altos niveles de estrés infantil.   Ella señala que el hecho de que los niveles de estrés de los bebés sigan siendo altos es un problema, pues puede afectar a cómo se configura el sistema de respuesta al estrés, que maduran durante ese primer año. El estrés crónico puede causar que los bebés desarrollen un sistema de respuesta al estrés hiperactiva, lo que puede dar lugar a dificultades posteriores en la regulación de las respuestas sociales y de comportamiento. Estas dificultades pueden incluir trastornos de atención, comportamiento antisocial y, posiblemente, incluso obesidad.

El estudio halló que los bebés “entrenados” ya no lloraban de noche, incluso cuando estaban en dificultades, lo que evidenciaba en una falta de conexión entre el bebé y su madre (y algo de lo que no se habla: de la pérdida de sensibilidad de los adultos a las necesidades de los bebés).

“Es importante darse cuenta de que el sueño es diferente en los adultos que en los bebés”, dijo Middlemiss. “Además, los niños cuyos padres los atienden cuando se despiertan suelen dormir la misma cantidad de tiempo durante la noche, ya que los despertares suelen ser por períodos más cortos”. Middlemiss sugiere ayudar a los padres a entender que dejar que los niños lloren hasta dormirse puede estar asociado con un estrés continuado.

Bases para una crianza sin castigos

Rosa Jové sostiene que el castigo es un fracaso del educador. Si el educador mediante explicaciones, razonamientos, consigue educar o cambiar un conducta es que tiene éxito, cuando no lo logra es cuando siente que debe recurrir al castigo.

El clima familiar influye en los castigos. Es importante trabajar para que el clima emocional del hogar sea tranquilo para poder eliminar los castigos. Si posibilitamos la participación de los niños en la construcción de modelo de familia y de persona que queremos estamos facilitando educarlos sin utilizar métodos punitivos. Es importante que haya un marco afectivo adecuado, que los hijos puedan expresarse libremente y que toda la familia participe activamente en el proceso de toma de decisiones.

Los padres deben predicar con el ejemplo, debe haber una coherencia en las normas impuestas con el estilo de vida de los padres. Una educación sin castigos debe basarse en el respeto mutuo de todos sus miembros. Nadie tiene derecho a menospreciar al otro. El niño está construyéndose con persona y como adulto y si falta el respeto a alguien puede que todavía no tenga adquirido ese valor, pero los padres no deberían fallar en este aspecto pues se supone que es un aprendizaje que ya tienen hecho. La empatía del padre es la capacidad de ponerse en el lugar de su hijo, intuir que es lo que puede pensar o sentir y actuar con la comprensión y sensibilidad que eso requiere. Esto nos lleva a la idea que no podemos juzgar las acciones de un niño sin saber las razones que le han llevado a realizarlas.

Todos los niños tienen ua razón para obrar aunque sea equivocada. Si lo adivina y ve que la razón es errónea lo podrá educar haciéndole ver que aquello es equivocado. En otros casos descubrirán que su hijo tiene razón. Si los padres aportan mucho apoyo a sus hijos los castigos se reducen y la convivencia es más fácil. El error debe ser visto como oportunidad de mejorar y aprender.

La legitimidad es cuando los hijos otorgan a sus padres la autoridad para realizar su función. Es importante que los hijos vean que los padres son los que más experiencia tienen para poder expresar su papel.

A fin de cuentas, que es un niño? Una persona dependiente. Si tenemos eso en cuenta siempre acertaremos en como tratar a los niños. Un niño no es un adulto imperfecto al que hay que enderezar. Un niño es una persona y por tanto digna del máximo respeto desde el primer día. Respetamos a las personas y tenemos en más consideración a las que no pueden valerse enteramente por si mismas, es el caso de los niños. El respeto implica valoración, comprensión, miramiento y reconocimiento de su necesidades. El cuidador adulto debe saber que un niño tiene su propio ritmo a respetar, que necesita un trato amoroso, confiado, cariñoso. La relación entre dos personas debe basarse en el respeto mutuo, después y a la vez en el cariño, y más si es persona próxima y en la solicitud de la una para la otra (del adulto al niño por ejemplo) si hay disimilitud de capacidades.

Bibliografía:

  • Rosa Jové, “Ni rabietas y conflictos
  • José María Paricio, “Tu eres la mejor madre del mundo

Mito

«La madre no puede comer ciertos alimentos durante la lactancia»

En todo el período de gestación y durante la lactancia, la mujer necesita una dieta balanceada.

«No hay alimentos que aumenten o disminuyan la producción de leche»
A mayor succión, corresponde una mayor producción de leche.
Unicef

El sorprendente Recién Nacido

Saber como es un recién nacido es fundamental para cuidarlo de forma adecuada, cálida y para ser empáticos con él. Como hemos visto en otros artículos, el recién nacido tiene dos estados de conciencia: sueño profundo, período de tiempo en el que la respiración es regular y profunda sin presentar movimientos de cabeza o extremidades. Cuando duerme profundamente suele ser muy difícil despertarlo.

La fase de sueño superficial (REM o movimiento rápido de los ojos) se caracteriza por respiraciones más irregulares, movimientos intermitentes de brazos, piernas o cabeza y movimiento rápido de los ojos que se aprecia bajo sus párpados cerrados. Se ha observado que los bebés alternan una fase de sueño profundo con otra de superficial y esta alternancia es muy importante para su correcto desarrollo neurológico. También pueden estar adormilados o somnolientos, en este caso se les cierran los párpados y se puede ver como el globo ocular se desvía hacia arriba. Ocurre cuando acaban de despertarse o si están a punto de dormirse, por lo tanto es una fase transitoria. Los bebés también están despiertos pero inquietos (alerta inquieta): ojos abiertos y movimientos regulares y frecuentes de extremidades y cabeza. Dan la sensación de no estar cómodos y muchas veces lloran. En períodos cortos de tiempo es posible encontrarlos en alerta tranquila: ojos abiertos, sin moverse, pendientes de lo que pasa a su alrededor. El recién nacido pasará de un estado de alerta inquieta al de llanto o de alerta tranquila dependiendo del estímulo que reciba o si es atendido en sus necesidades.

En alerta tranquila, el bebé manifiesta sus habilidades, que aunque las tiene ya de recién nacido, las apreciamos más a los dos meses de vida, cuando sus períodos de alerta tranquilo son más prolongados.

Las habilidades del recién nacido son:

  • La vista: se ha comprobado que el recién nacido ve muy bien a una distancia entre 15 y 45 cm., justo lo que le separa de la cara de su madre cuando mama. Prefiere las formas redondas a las geométricas, fija su mirada en la nuestra si lo miramos a los ojos. Cuando nos mira, observa el contorno de nuestro rostro y clava su vista en nuestros ojos. Si dejamos de mirarlo desvía su mirada. No sólo fija su mirada sino que es capaz de imitar nuestra expresión facial e incluso de responder a una expresión de enfado con una de preocupación. Esta capacidad de imitar una expresión facial se pone en envidencia con tiempo y paciencia.
  • El oído: tiene predilección por las voces agudas y por la voz femenina en particular. Los sonidos fuertes lo asustan, le aceleran el ritmo cardíaco y respiratorio y se le enrojece la piel. Experimentos sofisticados han comprobado que los bebés prefieren la música clásica a la moderna, la voz humana a la música clásica, la de su madre a todas las demás voces y sobre todo la voz de su madre filtrada por los ruidos de su corazón e intestinos.
  • El olfato: los recién nacidos son muy sensibles a los olores, no soportan los olores fuertes, penetrantes y reaccionan de forma desproporcionada. Intentan alejarse de la fuente de olor y lloran. Son capaces de percibir la diferencia entre el olor coporal y el olor de la leche de su madre y el de otras madres. Las sensaciones olfativas tienden puentes entre el ambiente intrauterino y el extrauterino y ayudan a la maduración cerebral del bebé.
  • El gusto: puede distinguir entre varios sabores y muestra una clara preferencia por los sabores dulces. Le desagrada los sabores ácidos o agrios. Asi parece que el feto, el recién nacido y el lactante se van acostrumbrando poco a poco a los sabores habituales de su casa, los que le serán ofrecidos más adelante.
  • El tacto: la comunicación del recién nacido con sus padres ocurre a través del tacto. La madre con solo tocar a su hijo es capaz de conseguir que este pase del llanto a estar tranquilo, es el poder de las caricias. El tacto es un sistema de mesnsajes entre el bebé y sus padres. El contacto, las caricias suaves ejercen un poderoso efecto calmante sobre el bebé inquieto, las caricias rápidas un efecto estimulante si el bebé está tranquilo o adormilado. Los bebés notan los cambios de temperatura, perciben el calor, capacidad de la que hacen buen uso cuando buscan el pezón, ya que éste está más caliente que el resto de la mama. Para encontrarlo desplazan la boca hacia la punta más caliente. También nota el frío pero son sus padres quienes le procuran el calor que necesita ya que todavía no puede regular su temperatura corporal temblando. El contacto físico es el mejor consuelo y el mejor pasatiempo posible para un bebé. Puede ser de gran ayuda para los papás descubrir las preferencias de su hijo y averiguar que tipo de contacto lo relaja o activa. Saber ésto en los momento difíciles les permitirá hacer buen uso de ese conocimiento.

Los recién nacidos son capaces de sentir bienestar y desesperación, frío y calor, hambre y saciedad; de sentirse desprotegidos o completamente seguros, abrazados y queridos. Viven sólo el presente, sienten sólo en el presente.

Los recién nacidos se encuentran bien o mal, no tienen término medio porque no saben autorregularse ni calmar su stress ni su angustia por si mismos. Su objetivo es estar a gusto, confortables, este es el sentimiento básico adecuado para los bebés. El lugar que cubre estas expectactivas es el cuerpo de su mamá donde puede satisfacer sus necesidades básicas (calor, alimento, protección) y que contribuye adecuadamente a su desarrollo físico y emocional.

Bibliografia:

  • Adolfo Gomez Papí, “El Poder de las Caricias”
  • Hetty van de Rijt y Frans Plooj, “Las semanas Mágicas”

 

Prevención ante la aparición de alacranes

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“El Embarazo: una oportunidad para informarse”

Todos los padres y madres tienen una historia y una vida anterior a la paternidad y la maternidad. Quieren repetir las experiencias favorables. No quieren repetir lo que les hizo daño y les dolió. Ninguna será una madre perfecta, ninguno será un padre perfecto, pero todos pueden trabajar para ser los mejores padres posibles para su hijo. Tener hijos los enfrenta a experiencias nuevas en infinitos sentidos.[1]

Muchos son los beneficios del amamantamiento para el bebé, para su mamá, su familia… para la sociedad en general.

Es importante que durante el embarazo la futura mamá reciba información sobre el cuidado de los pechos, que pueda reconocer el tipo de pezón que tiene: plano, retráctil, umbilicado….

Se habla de la importancia del contacto precoz entre la mamá y su bebé. Estar informada y conocer tus derechos (Ley 25929) te permitirá dialogar con tu médico obstetra para expresarle tus deseos y los de tu pareja en cuanto a tus expectativas en el momento del nacimiento de tu bebé.

Tener una entrevista prenatal con el pediatra y con la puericultora, te ahorrará tiempo y esfuerzo en el momento del alta hospitalaria. Poder conocer a los profesionales que te asistirán y controlarán la salud de tu bebé o te asesorarán en temas de lactancia y crianza, será beneficioso para la vuelta a casa con tu hijo. Esta organización permitirá que Uds., los papás, estén más atentos a los cuidados y necesidades del bebé. Saber quien va a atender a tu bebé les permitirá sentirse contenidos, acompañados, seguros, disfrutando así de un momento único.

Entender sobre la importancia del amamantamiento frecuente, a demanda, informarse sobre el amamantamiento por señales, son puntos de suma importancia para lograr una lactancia satisfactoria. También lo será el conocer el funcionamiento de las glándulas mamarias, de tus pechos, conocer las posiciones para amamantar. Poder diferenciar una adecuada prendida, comprender que el dolor a la hora de amamantar es una señal de alarma, que requerirá de asistencia profesional.

La importancia de evitar el chupete los primeros días para que no interfiera en la lactancia.

Recibir información sobre tu alimentación, descanso, comportamiento esperable de tu hijo, que varíará en especial durante los primeros días.

Estar informada desde el embarazo, te permitirá poder tomar decisiones, evitando alarmarte cuando no fuera necesario y enfocar tu atención en responder a las necesidades de tu hijo.

Considerar la importancia de organizar la dinámica familiar durante la internación materna cuando hay otros hijos, la necesidad de pedir ayuda los primeros días.

Estos y otros son los temas que frecuentemente preocupan a las embarazadas y es por eso que «Crianza Feliz» quiere acompañarte en esta nueva etapa.

[1] Mucho, Poquito, Nada? Guía Sobre Pauta de Crianza. Unicef