Los primeros 40 días son para anidar, mamar, amar, conocernos…

Los primeros 40 días tras el parto son cosa de tres: es un tiempo para anidar, para estar en mágica intimidad, para amar con delicadeza, para conocernos, darnos la bienvenida y amarnos piel con piel… El mundo se pone en pausa, todo se detiene y todo empieza a la vez, porque pocos momentos son más mágicos que esos en los que por fin, damos la bienvenida a nuestros hijos tras haberlos llevado 9 meses en nuestro interior.

Uno de los libros más interesantes sobre el puerperio es «Postparto seguro», de Beatrijs Smulders. Esta autora, comadrona de profesión, nos sumerge por completo en esas tareas, escenarios y situaciones más comunes que una mamá y un papá pueden vivir a lo largo de este tiempo que por supuesto, se alarga mucho más allá de los clásicos 40 días.

El puerperio puede durar incluso un año. De ahí, que este libro nos adentre de forma realista en todas esas experiencias que conforman un auténtico caleidoscopio de miedos, emociones, de agotamiento físico, de retos, problemas y también felicidades.

Algo que suele quedar muy claro, es el hecho de que muchas mamás están casi obligadas a emerger a la fuerza de un universo puramente físico y emocional como es el parto, a sumergirse obligatoriamente a esa realidad concreta como es el trabajo, el dinero, los horarios, y las rutinas cotidianas, mientras la vida íntima y susurrante del bebé está ahí.

¿Cómo combinarlo todo? ¿Comos sintonizarnos con cada necesidad, con cada obligación? Es sin duda una travesía compleja y emocionante donde lo creamos o no, esos primeros 40 días tras el parto cuentan, y cuentan mucho. Porque es la bienvenida, porque es la adaptación y el descubrimiento de nosotras como madres y de nuestras parejas como padres.

A lo largo de los primeros 40 días tras el parto se necesita intimidad

Los primeros 40 días tras el parto, son de mamá y papá. Uds. dos juntos y el bebé conforman una esfera única, mágica y orlada de intensas emociones que solo les pertenece a los tres. No pasa nada si durante unos días no atendien visitas, si dejan a un lado los celulares y las obligaciones laborales. Hay alguien más importante, alguien que pide atención, caricias, alimento, amor… El bebé.

Es momento de «anidar»

Anidar significa concretamente hacer un nido para vivir en él. No hay nada malo en asumir términos del reino animal, porque en el fondo, las conductas y los fines son los mismos: criar a los hijos, darles protección, calor, amor y por supuesto, alimento.

  • Mamá y papá anidan juntos con el bebé para darle la bienvenida tras el parto.
  • Anidamos porque necesitamos estar cerca los unos de los otros.
  • Anidamos porque así, nos convertimos en las figuras de referencia para el bebé.
  • Anidamos para estar tranquilos, para reconfortarnos mutuamente, para descubrirnos en nuestros nuevos papeles, en nuestras nuevas necesidades y obligaciones.
  • Anidamos juntos para cuidarnos: porque no solo el bebé lo necesita todo de nosotros, también la mamá necesita del papá porque está agotada, porque le duele el cuerpo, porque todos necesitamos afectos, cuidado y
  • Anidamos para amamantar, para tener cerca al bebé piel con piel, corazón con corazón.

La mejor arma en esos primeros días: tu sexto sentido

En esos primeros 40 días hay muchos retos a los que hacer frente: la adaptación, la lactancia, el descanso nocturno, el cordón umbilical, el chupete, la cuna, los cólicos y sobre todo el llanto.

  • Saber interpretar el llanto del bebé es sin duda la primera necesidad que toda mamá se pone casi como obligación. ¿Llora por hambre? ¿Le duele algo? ¿Será por el pañal?… Es normal obsesionarse durante los primeros días, no obstante, poco a poco los miedos se calman y se racionalizan para emerger eso llamado sexto sentido.
  • Casi sin saber cómo, llega la calma en algún momento de esos 40 días y entendemos que lo que más necesita el bebé, es nuestra cercanía. Nos damos cuenta que tenerlo en brazos lo calma, que darle el pecho lo relaja y que no solo sirve para nutrirlo. 

Nuestro instinto maternal, ese sentido recién estrenado es un auténtico súper poder que nos maravilla y nos sintoniza por completo con el bebé. Esos 40 días tras el parto serán difíciles en algún momento, nos queda claro, pero visto con perspectiva se alzará como una de las etapas más importantes de nuestra vida.

Lo que necesitamos ante todo es crear un círculo de intimidad y sencillamente, anidar en familia. El mundo, con sus prisas, sus presiones, el trabajo, los amigos y el resto de visitas pueden esperar un poco. Porque ese periodo nos pertenece.

Autora: Valeria Sabater, Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia en el año 2004.

Las madres después del parto también necesitan que les presten atención

Durante el embarazo la madre se convierte en el centro de la atención de su pareja, familiares y amigos, quienes se preocupan continuamente por su estado de salud y bienestar emocional. Sin embargo, después del parto toda la atención se redirige al bebé, incluso la propia madre empieza a cuidar más de su hijo que de sí misma.

Sin embargo, después del parto la madre atraviesa por una de las etapas más agotadoras de su vida, sobre todo si es su primer embarazo, ya que tiene que enfrentar las responsabilidades que implica el cuidado de un bebé y además, lidiar con los cambios hormonales, físicos y emocionales que sobrevendrán. Por eso, en este momento sigue necesitando atención, mimos y cuidados.

Las primeras semanas tras el parto: Una etapa difícil para la madre

Tras el parto, las hormonas de la madre se revolucionan. Los niveles de progesterona y estrógenos, dos hormonas que estimulaban el desarrollo del bebé durante la gestación, caen en picada, mientras que la oxitocina, otra hormona que es la que ayuda a la madre a lidiar con las contracciones durante el parto, también empieza a descender una vez que ha dado a luz. Ello explica por qué la mayoría de las madres experimentan una sensación de desvanecimiento y un marcado agotamiento físico y mental durante las primeras semanas tras el parto y por qué se encuentran tan sensibles emocionalmente.

De hecho, en este período muchas mujeres desarrollan lo que se conoce como baby blues, un estado emocional marcado por la tristeza y el desánimo que influye en su relación con el bebé, pero también con el resto de las personas que les rodean. En algunos casos este estado puede deteriorarse hasta convertirse en una depresión postparto: se estima que tras el alumbramiento entre el 10% y el 13% de las madres desarrollan esta alteración que suele causar una gran desmotivación, incluso por las actividades que antes disfrutaban, así como una marcada apatía y tristeza que muchas veces las incapacita para cuidar de ellas mismas o de sus bebés, lo que les hace sentir culpables pues piensan que son malas madres.

Por otra parte, el hecho de que las madres deban adaptarse a las nuevas rutinas en el hogar y que sientan una enorme responsabilidad sobre sus hombros hará que sus fuerzas flaqueen. En esos momentos, contar con un hombro en el cual apoyarse puede ser sumamente reconfortante.

¿Cómo ayudar a una madre a superar las primeras semanas tras el parto?

  1. Dale una mano. Durante las primeras semanas tras el parto es usual que las madres, sobre todo si son primerizas, se sientan agobiadas por las responsabilidades y las tareas ya que aprender a satisfacer las necesidades de un recién nacido no es sencillo. Por eso, no le vendrá mal que le eches una mano y le ayudes con las tareas de casa o con el bebé. Así podrá relajarse un poco y descansar, de manera que pueda adaptarse paulatinamente a la maternidad.
  2. Anímala a hablar sobre sus sentimientos. Hablar sobre sus emociones y lo que está experimentando en esta etapa es una manera de liberar tensiones. Sin embargo, en ocasiones la madre no encuentra el valor para expresar lo que piensa, por miedo a que las personas no la comprendan y la juzguen. Por eso, pregúntale cómo se siente y dale la suficiente confianza como para que exprese sus inquietudes, temores y dudas.
  3. Incítala a implicarse en actividades que le motiven. Cuando las madres deben encargarse del cuidado de su bebé les suele costar tomar la iniciativa para visitar a los amigos, irse de compras o pasar una tarde en el spa. Una buena manera de distraerla y lograr que recupere la motivación es incitarla a que retome cuanto antes las actividades que disfruta.

Fuente: www.etapainfantil.com, autora: Jennifer Delgado