Marihuana: Riesgo MUY ALTO para la lactancia

Contraindicado. Se recomiendo el cese de la lactancia.

Su metabolito, el Delta-9-TetraHidroCanabinol (THC) es liposoluble, se acumula en tejido graso y alcanza en la leche materna hasta 8 veces la concentración plasmática.

Se ha demostrado hipotonía, succión pobre, sedación y retraso psicomotor al año de edad en lactantes expuestos a cannabis a través de la leche materna.

En la orina de estos lactantes se detecta THC hasta tres semanas después de la exposición.

La media de perímetro cefálico acaba siendo menor que en niños no expuestos a cannabis.

Hay mayor riesgo de muerte súbita del lactante si hay consumo de cannabis en el hogar.

Aunque el cannabis reduce los niveles de prolactina no se ha observado disminución de la producción de leche.

La alteración del juicio y la conducta que produce el consumo de cannabis puede interferir con la capacidad materna de cuidados adecuados.

Las drogas psicotropas de abuso pueden incapacitar a la madre para cuidar de su hijo, poniendo en peligro la vida y salud de ambos.

No se recomienda compartir cama con el bebé si se está consumiendo esta droga.

Fuente: e-lactancia.org

 

Acostar temprano a los niños ayuda a la salud mental de las madres

Los estudios dicen que los pequeños sin una hora fija de ir a dormir, tienen más probabilidades de tener problemas de comportamiento.

Las rutinas son muy importantes para que los niños no solo crezcan sanos, sino también tranquilos. Las horas de sueño, según la edad del niño es muy importante para que logren alcanzar su mejor desempeño físico y mental. Adelantar y fijar una hora diaria para que los niños se acuesten más temprano puede traer grandes beneficios en la logística familiar. Los estudios dicen que los pequeños sin una hora fija de ir a dormir, tienen más probabilidades de tener problemas de comportamiento.
Para este análisis los investigadores estudiaron a niños entre 4-5 años, nuevamente los evaluaron a los 6-7 y finalmente cuando tenían 8-9 años.
“Llevar a los niños más temprano a la cama puede ayudar a tranquilizar la salud mental de la madre y a la vez, los niños tendrían menos probabilidades de tener un mal comportamiento”.

-Jon Quach, autor principal e investigador del Instituto de Investigación Murdoch Children-

Lo ideal según este especialista es que los niños estén dormidos a las 8:30 pm. Esta es la hora recomendada porque es ahí cuando el nivel de melatonina, la hormona que ayuda al cerebro a relajarse y conciliar el sueño, tiende a alcanzar su punto máximo.

“Sabemos que dormir es una parte muy relevante para nuestra salud mental, para nuestro estado de ánimo. Y en los niños está relacionado a temas del comportamiento y su habilidad de autocontrol”.

-Dr. Wendy Sue Swanson, pediatra y autor del blog Seattle Mama Doc

Los expertos recomiendan que los niños preescolares duerman entre 10-13 horas y entre 9-11 horas para los niños que van a la escuela.
Para lograr adelantar la hora de ir a la cama de tus hijos puedes intentar:
  • Promueve la actividad física diaria de tu hijo.
  • Evita uso de pantallas y dispositivos electrónicos después de las 7 de la tarde.
  • Ofrece mas temprano la cena.
  • Dale tiempo de relajarse después de la cena y crea un momento familiar antes de llevarlo a la cama, por ejemplo leer un libro.
Los especialistas concluyeron que los niños que tenían una hora fija y temprano de ir a dormir, presentaban una mejor calidad de vida, salud y comportamiento que quienes no. Y al mismo tiempo las madres tenían una mejor salud mental.

Los 15 principios de María Montessori para educar niños felices

Como siempre ocurre en materia educativa, hay fieles defensores y agudos detractores de la pedagogía que enunció María Montessori en su momento. Muchos afirman que a día de hoy la enseñanza, tal y como está estructurada, no ve como viable la metodología que introdujo la célebre educadora italiana de finales del siglo XIX y principios del XX.

Para ella, la escuela no es un espacio destinado únicamente a que un maestro o un profesor trasmita conocimientos de forma directiva. Montessori defendía ante todo que el propio niño desarrollara sus capacidades de una forma más libre, a partir de un material didáctico especializado.

“Ayúdame a hacerlo por mí mismo.”

-María Montessori-

La perspectiva pedagógica de María Montessori

Las aulas tenían alumnos de diferentes edadesahí donde los propios niños eran libres de elegir el material a trabajar, y de ampliar sus habilidades de forma más autónoma.

Eran ellos quienes marcaban su velocidad de aprendizaje según sus particularidades, envueltos siempre en un contexto menos rígido, donde las pizarras dejaban de tener tanta importancia y donde los niños tenían libertad de movimiento en el aula.

La perspectiva pedagógica de María Montessori tuvo un impacto mundial y renovó muchos de los cimientos educativos mantenidos hasta entonces, hasta el punto de “chocar” bastante con esos sectores más conservadores y clásicos de la enseñanza.

A día de hoy, este método donde se enfatiza ante todo la libertad de aprendizaje y la responsabilidad del propio alumno en su proceso de adquisición de contenidos, es un método que no se aprecia en la mayoría de los centros. Podemos encontrarlo eso sí, en algunos colegios de línea privada donde se trabajan muchas de estas interesantes estrategias.

No obstante, tanto la pedagogía de la libertad de Montessori como la de la esperanza que formuló Paulo Freire, no vertebran demasiados pilares de nuestra educación actual (No al menos en muchos países).

Ahora bien, llegado a este punto puede que te preguntes ¿Dónde quedaba entonces el papel de las madres y los padres en la enseñanza de sus hijos? ¿Era importante? Era, ES, vital. El apoyo, la orientación y el cuidado de los padres es fundamental para educar niños felices, adultos autónomos y buenas personas el día de mañana.

Los mandamientos de María Montessori para los padres y madres

Aquí de dejamos 15  de esos principios que enunció en su momento María Montessori, y que seguro te serán de ayuda.

  • Recuerda siempre que los niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo.
  • Si criticas mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar.
  • En cambio, si lo elogias con regularidad, él aprenderá a valorar.
  • ¿Qué ocurre si le muestras hostilidad al niño? él aprenderá a pelear.
  • Si se ridiculiza al niño de modo habitual, será una persona tímida.
  • Ayuda a que tu hijo crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar en los demás.
  • Si  desprecias a tu hijo niño con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo de culpa.
  • Propicia que tu hijo vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que se sientan bien ellos mismos.
  • Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y  necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
  • No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está.
  • Concéntrate en que tu hijo está creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo de lo bueno del niño de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo.
  • Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
  • Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo. Lo corregirá, ahora o quizá un poco más adelante.
  • Debes estar dispuesto/a a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también estar dispuesto a permitir que encuentre las cosas por sí solo.
  • Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele lo mejor que hay en ti mismo/a.

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

 

El cambio de pañal

El cambio, de pañal o de ropa, es un momento íntimo y conjunto entre cuidador y bebé. Además, al ser rutinario, es un buen momento para crear un vínculo que favorecerá el aprendizaje y la autoestima del niño.
Hay que tener en cuenta  que atenta contra su espacio, su bienestar,  (como quitarle su calor) por  lo que tiene que haber un respeto hacia él y una conciencia de que el bebé es un ente activo en el proceso. Es importante darle seguridad y cariño. En ocasiones, especialmente en las escuelas, la rapidez y la presión no permiten crear un ambiente ventajoso para el niño. Por ello vamos a aprovechar a redactar unas pautas para afrontarlo de la mejor manera posible con las recomendaciones de la pediatra y pedagoga Emmi Pikler. Tan útiles en el hogar como en la escuela.
Utilizar el mismo lugar. Al ser predecible y sentirse seguro se va a concentrar mejor en la comunicación con el adulto y sacará el máximo partido.
Mantener una comunicación. Tanto visual como física. Se puede ir contándole las cosas que vas haciendo (primero te quito el pantalón, ahora te voy metiendo el bracito en la camiseta…). Le da seguridad pues no es algo casual, el adulto controla la situación. Además va aprendiendo su esquema corporal a través del tacto y la palabra.
Por último, al ser consciente de lo que está pasando, le  va generando poco a poco una actitud más participativa  y consciente de la actividad; esto  es un proceso que terminará en el gusto por su autonomía e independencia.
Respetar sus movimientos. Al estirar las extremidades del niño siente que se está ejerciendo poder sobre él, no se respeta su individualidad,  su tiempo, su espacio, su tranquilidad. Si con un poco de paciencia, se le permite hacer sus movimientos, se le pregunta y uno se detiene se le explica sobre lo que vas  a hacer a continuación el niño poco a poco irá aprendiendo a predecir lo que viene y llevarlo a cabo contigo (“¿Terminaste de mover la pierna? Ahora te voy a poner el pantalón”).Esto va a provocar que uno no sienta que es  una obligación y que él no tenga que estar distraído para poder terminarlo.  Gracias a esto se  conseguirá disfrutar de un momento precioso e íntimo entre cuidador y niño.
Movimientos suaves. Aunque el bebé llore se debería mantener una actitud calmada, si aceleramos el ritmo porque queremos que el llanto pare nuestros movimientos son más bruscos y poco habituales. Esto va a agregar más malestar al niño puesto que además de su incomodidad inicial se suma un trato más movido, menos agradable.
Intentar no variar de adulto. En una escuela infantil se pueden dividir los niños entre las tutoras y que sea siempre la misma persona la que cambia el pañal del niño. Además debe ser un momento en el que cuidador y niño compartan intimidad, es su momento y debería ser él el protagonista.
Estar en contacto con el niño. Al igual que en un masaje, la continuidad de la actividad es muy importante para que no se rompa el vínculo creado. Intentar empezar y terminar sin interrupciones y no romper el contacto físico con él.
Cambiarlo cuando tiene sus necesidades cubiertas. En caso de que no sea así, intentar satisfacerlas brevemente antes de comenzar el cambio. En el caso de que no se hiciera así normalmente, el bebé asociaría el cambio con una sensación desagradable de hambre o sueño e intentaría rechazar este momento.
Bibliografia: E. Pikler.

CLAVES PARA CONSERVAR Y PREPARAR LA LECHE MATERNA EXTRAÍDA

Una vez extraída la leche es fundamental conocer cómo hay que conservarla y descongelarla para que mantenga todas sus propiedades bioactivas. La leche fresca contiene células vivas, los máximos niveles de nutrientes, factores de crecimiento y muchos otros componentes protectores. El paso del tiempo y la exposición a las variaciones de temperatura (ambiente, de refrigeración y congelación), puede reducir la potencia de estos componentes, a la vez que aumenta el riesgo de contaminación bacteriana y la proliferación de patógenos.

Paso 1: preparación para el almacenamiento

Los recipientes ideales para la conservación de la leche son los que están hechos de plástico, bolsas o recipientes de plástico duro de uso alimentario fabricado sin bisfenol A y con tapa hermética. En este tipo de recipientes la leche conservará la mayor parte de sus propiedades inmunológicas. También pueden utilizarse recipientes de vidrio, como los conocidos frascos de yogur.

Paso 2: pautas para el almacenamiento

La leche puede almacenarse de forma segura a temperatura ambiente durante un corto periodo de tiempo. Aunque los estudios difieren en cuanto al periodo exacto recomendado, en general, las altas temperaturas se asocian con recuentos bacterianos más elevados en la leche extraída.

Según las conclusiones de distintos estudios, la proliferación bacteriana, que se restringió principalmente a organismos no patógenos, era mínima a 15 °C y permanecía en valores bajos a 25 °C durante las primeras 4-8 horas, pero aumentaba rápidamente después de 4 horas cuando se conservaba a 38 °C. Los autores concluyeron que la leche a 15 °C era segura durante 24 horas, y a 25 °C, durante 4 horas. Como resultado, la leche extraída puede almacenarse de forma segura durante unas cuatro horas a una temperatura de hasta 26 °C. A una temperatura ambiente más baja, también puede ser razonable un almacenamiento de hasta seis horas en ambientes limpios.

Refrigeración: la refrigeración a una temperatura de aproximadamente 4 °C mantiene la integridad de la leche materna durante más tiempo que cuando se deja a temperatura ambiente. Se ha observado que la refrigeración inhibe el crecimiento de bacterias grampositivas durante tres días, y hasta ocho días en leche con un bajo nivel de contaminación en el momento de la extracción.

Congelación: un proceso óptimo es la congelación a –20 °C durante un periodo de hasta tres meses. A los tres meses se mantiene el contenido de vitaminas A, E y B, proteínas totales, grasa, enzimas, lactosa, cinc, inmunoglobulinas, lisocima y lactoferrina, aunque puede presentarse una pérdida de vitamina C en el transcurso de un mes. La proliferación bacteriana no es un problema significativo durante las seis primeras semanas. Sin embargo, la capacidad antibacteriana suele ser menor que la de la leche fresca debido a la pérdida de células vivas como los fagocitos. Se considera aceptable un periodo de hasta 12 meses en el congelador a < –20 °C, si bien pueden producirse cambios de sabor y olor a –80 °C, dado que la lipasa sigue degradando la grasa para generar ácidos grasos.

Si tienes la opción de elegir, tanto en casa como en el trabajo, siempre es preferible refrigerar la leche materna en lugar de congelarla porque pierde menos propiedades bioactivas. Sobre todo, si los padres saben que la van a utilizar en los siguientes días.

Si la madre está en el trabajo, puede conservarla en el frigorífico o en el congelador, pero, de un modo u otro, siempre hay que asegurarse de etiquetarla adecuadamente (leche materna) para que el resto de compañeros identifiquen los envases claramente. Si la madre no se siente cómoda con esta opción, puede conservarla en una bolsa nevera manteniendo fresca la leche con placas refrigerantes.

Paso 3: descongelación de la leche materna

Si los padres han optado por la congelación como método de conservación de la leche materna,  los pasos a seguir para descongelar la leche de modo seguro son los siguientes:

La leche puede descongelarse en el frigorífico, mediante un recipiente de agua templada o colocándola bajo el grifo de agua corriente templada.

Debe evitarse la descongelación de la leche materna con agua muy caliente, en el microondas y en la cocina, ya que las temperaturas elevadas reducen las propiedades antibacterianas y otras propiedades bioactivas de la leche.

La descongelación es completa cuando la leche congelada se ha vuelto líquida, todavía está muy fría y aún hay presentes algunos cristales de hielo. La presencia de cristales de hielo es un indicador visible de que la leche no se ha descongelado más allá de determinado punto.

La leche descongelada se debe refrigerar hasta inmediatamente antes de su uso, y no se debe dejar a temperatura ambiente durante más de unas pocas horas para evitar la proliferación bacteriana.La leche descongelada por completo hasta la temperatura ambiente no debe volver a congelarse, si bien se ha demostrado que la recongelación de la leche después de la descongelación en el frigorífico mantiene una carga bacteriana segura.