Actualidad: Siguen apareciendo casos de alergia a la proteína de la leche de vaca por culpa del «biberón pirata»

Durante muchos años, en la maternidad de muchos hospitales se ha llevado a cabo una peligrosa medida para «ayudar» a las madres a que sus hijos estén más tranquilos: darles un biberón mientras la madre no tiene la bajada de leche.

A menudo se ha instado a las madres a aceptarlo: «Dale un biberón, mujer, que así está más tranquilo y luego, cuando te baje la leche, ya lo amamantas»; pero a menudo se ha hecho también a espaldas de sus madres.

A este segundo biberón se le conoce como «biberón pirata», y es el culpable (junto con el otro, el que se da con el consentimiento de la madre), de muchos casos de alergia a la proteína de la leche de vaca.

 ¿De verdad dan biberones porque no ha bajado la leche?

Estaba haciendo el método canguro con mi hijo mediano en el hospital, en la unidad de neonatos, por haber nacido prematuro, cuando a mi lado pusieron a una mujer que acababa de ser madre cuyo bebé necesitaba atención especializada.

Le preguntaron si quería darle el pecho, y respondió que sí, así que le ayudaron a que lo amamantara. Tras un rato, la enfermera se le acercó con un biberón y le dijo: «Vale, muy bien. Ahora, como todavía no tienes leche, le tienes que dar este biberón para que vaya comiendo».

Yo me quedé muy sorprendido por dos razones: una, que las mujeres no tienen leche nada más parir, pero tienen calostro (que es mucho mejor que darle ninguna leche), y dos, que los bebés que toman biberón para luego ser amamantados tienen más riesgo de alergia a la proteína de la leche de vaca.

¿De verdad dan biberones sin que la madre se entere?

Sí, de verdad. Espero que sea una práctica en desuso, pero son muchas las mujeres que explican que se llevaron a sus bebés y que se dieron cuenta de que les habían dado ese biberón.

Algunas explican que fue directamente allí donde estaba el bebé y las pilló dándole un biberón, y otras cuentan que les devolvieron al bebé tan tranquilo y relajado, que al ir a darle el pecho lo rechazaba y que, al preguntar, confesaban haberlo hecho.

¿Y por qué es peligroso?

Porque la leche de vaca, como muchos otros alimentos, no tiene especificidad de especie y no se puede considerar que sea un alimento que los humanos aceptemos naturalmente porque sí. No venimos predispuestos a tolerarla (sus proteínas son extrañas para nosotros), así que nos tenemos que acostumbrar a ella desde el momento en que la ingerimos por primera vez. Y algunos nos acostumbramos, pero otros no.

Cómo se produce la tolerancia oral

El sistema inmune intestinal tiene la misión de defendernos de aquellas sustancias que son peligrosas o ajenas, así que cuando consumimos algo, se pone en marcha para analizar lo que le llega y valorar si hay algún peligro y debe activar o no la respuesta inmunológica.

Cuando un alimento llega por primera vez, con sus proteínas y microorganismos desconocidos, el intestino decide qué hacer. Si considera esos antígenos como «amigos», a pesar de ser extraños, se dice que se ha producido una tolerancia oral (el bebé consume los antígenos, esas sustancias que no forman parte del cuerpo y le son extrañas, pero el intestino las acepta).

Esta tolerancia se basa en múltiples factores difíciles de explicar, porque aún no se sabe muy bien a qué responde. Se habla de que la tolerancia depende de la predisposición genética, de la naturaleza del antígeno, de la cantidad de antígeno que recibe el bebé, de la frecuencia con que se administra, de la edad al consumirlo por primera vez, del estado inmunológico del bebé (si está con gastroenteritis), si la madre consumía ese alimento embarazada, si lo consume mientras amamanta, etc.

Cómo se produce la intolerancia o alergia

Pues bien, en ocasiones, todos estos factores hacen que en vez de que se produzca la tolerancia, aparezca la situación contraria: que el cuerpo, al recibir ciertas sustancias que no conoce, las considere enemigas y actúe contra ellas. Es cuando se segrega la inmunoglobilina IgE y aparecen los síntomas de alergia. Cuando hablamos de la leche, hablamos de Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV).

¿Pero por qué el intestino de esos bebés decide que no acepta las proteínas de la leche de vaca? Pues entre otros factores (de los comentados), porque la cantidad de leche que consumen es suficiente para provocar una respuesta, pero insuficiente para que haya tolerancia.

Se sabe que las personas, los bebés, pueden clasificarse en dos tipos en base a su herencia genética, en lo que a alergias se refiere: los atópicos y los no atópicos.

Los no atópicos serían los niños con poca predisposición a padecer una alergia, y los atópicos serían aquellos que tienen más riesgo de padecer cualquier alergia, probablemente porque el padre y/o la madre son alérgicos a algo (no tiene por qué ser a la leche).

Los atópicos son los bebés también conocidos como «altorrespondedores», que quiere decir que tienen un sistema intestinal inmune que responde actuando contra un alimento si no lo recibe en cantidad más o menos elevada. ¿Cuánto de elevada? Depende. Depende del umbral de cada bebé, pero los bebés atópicos tienen un umbral elevado en comparación con los bebés no atópicos, que con poca cantidad ya toleran un alimento.

Así, cuando un recién nacido recibe por primera vez leche de vaca a través de la fórmula para lactantes en un biberón, se produce una inducción de anticuerpos IgE; y en una segunda exposición se produce la diferencia: los «bajorrespondedores» aceptan el alimento aunque lo tomen en poca cantidad y los «altorrespondedores», o atópicos, empiezan a rechazarlo, porque su intestino segrega aún más cantidad de IgE.

¿Y esto es lo del biberón pirata?

Así es. El biberón pirata y los biberones como suplemento de los primeros días, cuando el bebé come muy poca cantidad, no provocan ningún problema en los bebés no atópicos, pero pueden inducir la alergia en los bebés atópicos porque su administración no es continuada: el bebé recibe poco, una cantidad inferior a su umbral de tolerancia, y en vez de aceptar la leche, la rechaza.

Si desde el principio se les da biberón y cada vez que tienen hambre se les da otro, y así sucesivamente, a demanda, durante todo el día, la cantidad de leche es elevada y es mucho más difícil que el bebé desarrolle alergia a pesar de ser «altorrespondedor».

Pero si solo se le da algún biberón de vez en cuando y la mayoría del alimento es la leche materna, o si se le da algún biberón los primeros días y luego dejan de tomarlos porque son amamantados, el riesgo es mucho mayor.

Así que ya es hora de que se elimine el «biberón pirata» de las maternidades, que se elimine el biberón por protocolo después de cesárea (también hay hospitales que dan un biberón tras la cesárea por la separación entre madre y bebé) y que solo se haga uso de la leche de fórmula, si el bebé será amamantado, cuando se tenga muy claro que su uso es necesario (si ha perdido peso porque la lactancia no es eficaz y hay que nutrir al bebé cuanto antes).

Autor: Armando Bastida

 

Que es el movimiento libre?

Emmi Pikler fue una conocida pediatra que, tras años de investigaciones, creó un método educativo basado en el respeto al niño y en la actitud no intervencionista del adulto, es decir, permitirle un desarrollo autónomo espontáneo, respetando su ritmo propio y asegurándole todas las posibilidades para tener iniciativas autónomas, movimiento libre y juego independiente. 

Las prisas y el estrés con los que vivimos en nuestra sociedad actual se trasladan muchas veces a la crianza de nuestros hijos. Vivimos obsesionados por sus avances y parece que exista una competición entre todos los niños del mundo (más bien, entre sus padres) por ser el primero en gatear, andar o hablar.

Pero esta actitud no es beneficiosa para el niño ya que corremos el riesgo de forzar su desarrollo y de saltarnos etapas importantes en el mismo al querer ir más deprisa.

El movimiento libre creado por Pikler se basa en dejar al niño en completa libertad para moverse y desarrollarse sin la intervención del adulto. Este método defiende que los niños aprenden solos a sentarse, gatear, caminar… sin necesidad de incitarles a ello. Eso sí, hay que darle todos los recursos necesarios para que pueda moverse en libertad.

El niño, al sentirse libre, se muestra más positivo, activo e interesado. Tan solo necesita sentirse respetado y querido, así como que se reconozcan sus logros, para superarse.

Así, el movimiento libre defiende la actividad autónoma para que el niño vaya descubriendo sus propias capacidades y a utilizar sus recursos. A los padres solos les corresponde asegurar las condiciones óptimas para que lo consiga sin forzarle.

Transcurrido el primer año de vida el niño adquiere habilidades relacionadas con el movimiento y el equilibrio: ya se levanta, se atreve a dar sus primeros pasos y gracias a esa movilidad empieza a experimentar con su entorno

Las enseñanzas de Emmi Pikler están centradas en el desarrollo de los niños de 0 a 3 años, aunque se pueden aplicar a cualquier edad.

Etapas principales del desarrollo motor

Etapa neonatal: el niño pasa de estar estirado boca arriba a ponerse de lado: 3 a 7 meses:

Etapa de suelo:

– Pasar de estirado boca arriba a estirado boca abajo: 4 a 8 meses

– Pasar de estirado boca abajo a estirado boca arriba: 4 a 9 meses

– Arrastrarse por el suelo: 7 a 13 meses

– Gatear: 8 a 16 meses

– Sentarse: 9 a 16 meses

– Arrodillarse: 10 a 15 meses

– Ponerse de pie: 12 a 21 meses

– Dar los primeros pasos: 12 a 21 meses

– Caminar de forma segura: 13 a 21 meses

Consejos para los padres

Si te interesa el movimiento libre y quieres usar este método para favorecer el desarrollo autónomo de tu hijo, te damos unas cuantas pistas para saber cómo debes actuar:

– Colócalo boca arriba, en el suelo si se siente cómodo o sobre una superficie firme en la que tenga espacio y déjalo libre

– Pon cerca juguetes o materiales sencillos; no le animes a cogerlos ni se los coloques en la mano, simplemente déjaselos a su alcance

– No uses gimnasios con barra de actividades, le pueden despistar de su propio movimiento

– Puedes hablarle y comunicarte con él, pero también debes dejarle solo

– Si llora o está incómodo,  prueba en otro momento

– Si te tiende la mano, dásela, habla con él y levántalo si lo necesita, pero no lo lleves a una posición que aún no haya logrado por sí mismo

– Acondiciona la casa todo lo que puedas, contando con el espacio del que dispongas. Crea un espacio diáfano y tan amplio como puedas en la sala más grande. Coloca algunos elementos que le ayuden a explorar, gatear, trepar… como pufs, cojines, cajas… El suelo debe ser cálido

– Ponle ropa amplia y cómoda, mejor descalzo o con zapatos sin suela dura y antideslizantes

– Los juguetes pueden ser objetos cotidianos con los que pueda experimentar

– Las hamaquitas no son muy recomendables ya que limitan su movimiento. Los andadores están totalmente desaconsejados ya que les fuerza a estar de pie y/o caminar cuando no están listos para ello

– Tu ayuda tiene que ser siempre indirecta

– No apures al niño ni le enseñes movimientos, tampoco debes obligarlo a hacer algún ejercicio concreto, dale siempre total lbertad de movimiento

 

Siete señales de que tu bebé se está alimentando correctamente

Si tu bebé toma pecho, estas son las algunas claves que te ayudarán a comprobar que está bien alimentado.
La literatura sobre lactancia materna, los pediatras, las matronas de preparación al parto y puericultoras repiten hasta la saciedad que, salvo contadas excepciones diagnosticadas por especialistas, todas las mujeres puedes dar el pecho a su hijos y pueden producir suficiente leche.
Pero aún así, es lógico que las dudas asalten a la madre primeriza en sus primeros pasos con la lactancia materna. Por eso, hoy queremos contarte qué aspectos debes tener en cuenta para saber que tu bebé se está alimentando correctamente.
Según el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatras y la app de lactancia Lact App, tu hijo estará bien alimentado si:
1) Su peso aumenta alrededor de 150 a 200 gramos por semana, a partir del quinto día y hasta los cuatro meses de edad. Los bebés suelen perder entre un 4 y un 6% de su peso y hasta un 10% los primeros días de vida. Es algo fisiológico y es normal que lo recuperen a la semana. Los pediatras se basan en tablas de percentiles para valorar el adecuado desarrollo de los niños. Son “curvas de crecimiento” en las que se muestran las tasas de crecimiento esperadas para los pequeños, según su edad y sexo.
El percentil 50 es la media. Esto quiere decir que un bebé cuyo peso está en este percentil, pesa o mide lo mismo que el 50% de los bebés o niños de su misma edad y sexo. Pero se consideran igual de normales el resto de los valores comprendidos entre los percentiles 3 y 97. Por eso, solo un 3% de los bebés de cualquier edad pueden tener peso bajo o superior a lo normal.
Puede resultarte de utilidad la calculadora proporcionada por los hospitales acogidos a la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) la te permitirá conocer en qué percentil de altura y peso se encuentra tu bebé, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud.
2) Mama al menos 8 a 10/12 veces al día. No siempre maman por ‘hambre’. La lactancia también satisface otras necesidades, como el apego. Así lo asegura UNICEF. No hay que estar pendiente del reloj ni estipular las tomas cada tres horas como mínimo, como se hacía antaño, sino ofrecer el pecho a demanda cuando el bebé lo pida. Por eso es importante ignorar los comentarios ‘bien intencionados’ de la gente que si te ven con tu bebé al pecho continuamente te dicen aquello de “no tienes suficiente leche; este bebé se queda con hambre”.
Generalmente a partir del quinto día de vida el bebé hace varias caquitas al día, normalmente después de cada toma, o más. Sus deposiciones suelen ser de color amarillo-dorado y blandas. A partir de las seis semanas, el bebé puede estar 7 días o más sin manchar el pañal, sin que sea señal de estreñimiento. Cuando finalmente las hace, éstas deberían ser blandas y amarillas, o sea, normales para un bebé amamantado (lactancia materna exclusiva).
3) Orina varias veces al día. Un pis abundante, claro y regular es signo de que el bebé está sano, bien alimentado e hidratado. No se puede cuantificar el número de veces que debe orinar (se habla de al menos 5-6 al día) pero si observas el pañal más seco de lo habitual, pregunta al pediatra. Puede deberse a que ha tomado menos pecho (porque esté enfermo, alterado, porque no se le haya ofrecido con frecuencia…), porque ha sudado más de lo habitual si hace calor o porque tiene fiebre.
En verano, más que nunca, recuerda que la lactancia siempre debe ser a demanda para asegurar una correcta hidratación en los días de más calor.
4) Puedes oírle tragar cuando toma el pecho. Está mamando bien si no te duele y ves cómo hace movimientos lentos de toda la mandíbula y traga. Muchas veces los problemas con la lactancia se deben a un mal agarre del bebé. No hay una posición para dar el pecho mejor que otra: solo debe ser cómoda para la madre y lograr que la leche llegue bien al niño.
En cuanto a la postura del bebé, será correcta cuando tenga el cuerpo alineado de manera que: oreja, hombro y cadera forman una línea recta.
5) Sabrás que el agarre al pecho es bueno, según Lact App si el mentón y la nariz están tocando al pecho, con los labios hacia fuera, el bebé tiene el cuello entendido y queda más areola visible por la parte superior de la boca que por la parte inferior. Además, no te tiene que doler la mama, sus mejillas deben redondearse al mamar y el pezón sale largado cuando el bebé lo suelta.
6) Tus senos están más blandos después de amamantar. Recuerda que es importante procurar ofrecerle los dos pechos para que se vacían ambos y así evitar problemas de obstrucción mamaria o de asimetría, ( no limitar el tiempo, así llega a tomar la leche grasosa que se da durante la mamada).
7) Tiene los ojos húmedos, la piel hidratada y muestra interés en mirarte a ti o a cualquiera que le coja en brazos.
¡Por supuesto que conocer estas señales te tranquilizarán, y te convencerán de que estás alimentando a tu pequeñín con el alimento más completo que puedas ofrecerle: la leche materna. Así lo explica Unicef.
Pero si reflexionas un poco, te convencerás de que no necesitas más que tu intuición y amor de madre para saber si tu hijo crece sano y feliz.
Y sólo un último consejo: si la lactancia se te hace cuesta arriba o te surgen dudas, contacta con algún grupo de apoyo a la lactancia, formado por madres como tú y puericultoras.
Porque además de alimentarle, es importante que disfrutes (disfruten) de esos momentos de ternura y de contacto íntimo madre-hijo.  Esa maravillosa sensación de complicidad y amor no se borrará nunca de tu memoria.

Beneficios de la Lactancia Materna

Los expertos dicen que amamantar al bebé es bueno para usted y para él. Si amamanta por algún tiempo, no importa lo breve que sea, usted y su bebé se beneficiarán de la lactancia materna.

Le recomendamos que se informe respecto a la lactancia materna. Amamantar lleva tiempo y práctica. Consiga ayuda de su familia, puericultoras,  o grupos de apoyo para tener éxito con la lactancia materna.

La lactancia materna es buena para su bebé

La leche materna es la fuente de alimento natural para los bebés menores de 1 año. Esta leche:

  • Tiene las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas y grasa.
  • Proporciona las proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que los bebés necesitan.
  • Tiene anticuerpos que ayudan a evitar que su bebé se enferme.

Su bebé amamantado es menos propenso a enfermarse

Su bebé tendrá menos:

  • Alergias
  • Infecciones del oído
  • Gases, diarrea y estreñimiento
  • Enfermedades de la piel (tales como eccema)
  • Infecciones estomacales o intestinales
  • Problemas de sibilancias
  • Enfermedades respiratorias, como la neumonía y la bronquiolitis

El bebé alimentado con leche materna pueden tener un menor riesgo de padecer:

  • Diabetes
  • Obesidad o problemas de peso
  • Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
  • Caries en los dientes

La lactancia materna también es buena para usted

  • Establecerá un vínculo único entre usted y su bebé.
  • Descubrirá que es más fácil bajar de peso.
  • Demorará el inicio de sus periodos menstruales.
  • Disminuirá el riesgo de enfermedades, como ciertos tipos de cáncer de ovarios y de mama, osteoporosis, enfermedades del corazón y obesidad.

Consiga ayuda si su bebé o usted tiene necesidades especiales

Sepa que la mayoría de los bebés, incluso los prematuros, pueden ser amamantados. Hable con un especialista en lactancia / puericultora para obtener ayuda con la lactancia.

 

Lactancia materna: ¿Por qué se recomienda la lactancia exclusiva durante los seis primeros meses de vida?

Es de sobra conocido que la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y a partir de ese momento se deben ofrecer otros alimentos que complementarán a la leche materna. De esta forma la lactancia se seguirá ofreciendo desde los seis y hasta al menos los dos años de edad en combinación con otros alimentos.

A partir de los dos años de edad, la lactancia continuará hasta que la madre y su hijo lo decidan (no existiendo ninguna contraindicación para la lactancia, sino todo lo contrario).

Existe una estrategia mundial para la alimentación del lactante y el niño pequeño, publicada en la web de OMS y de descarga gratuita, en el que se explica que estas recomendaciones aplican a todos los niños que vivan en este planeta.

Dice la OMS en su página Web: La leche materna fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo, y protege al niño de las enfermedades infecciosas y las enfermedades crónicas. La lactancia materna exclusiva reduce la mortalidad del lactante por enfermedades frecuentes en la infancia, tales como la diarrea o la neumonía, y ayuda a una recuperación más rápida de las enfermedades. Estos efectos son mensurables tanto en las sociedades con escasos recursos como en las sociedades ricas (Kramer M et al. Promotion of Breastfeeding Intervention Trial (PROBIT): A randomized trial in the Republic of Belarus. Journal of the American Medical Association, 2001, 285(4): 413-420).

Como se ve, la lactancia materna es sinónimo de salud en cualquier país: menos enfermedades infeccionas, menos ingresos hospitalarios, en el caso de requerir hospitalización necesitan menos tiempo, protección frente a enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares, hipertensión, etc.), mejor desarrollo cognitivo y apego más seguro con la madre.

¿Y si el bebé engorda poco?

Empezar a dar otras cosas al bebé en lugar de leche materna porque engorda poco no tiene ningún sentido.

Si el bebé, por alguna razón, no está obteniendo toda la leche materna que necesita para aumentar de peso adecuadamente, será necesario revisar si se está prendiendo correctamente al pecho, si está haciéndolo a libre demanda entre 8 y 12 veces en 24 horas. Una puericultora puede brindar apoyo e información a la madre para mejorar la técnica de lactancia, mostrarle como observar si el bebé está correctamente prendido al pecho y realizando succión nutritiva para poder lograr una lactancia exclusiva y exitosa.

 

Semana Mundial de la LACTANCIA MATERNA: Del 1 al 7 de agosto

WABA (Alianza Mundial pro Lactancia Materna), entidad que trabaja conjuntamente con OMS y UNICEF y coordina cada año la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna ha hecho público el que será el lema de la Semana Mundial de Lactancia Materna 2018:

Lactancia materna: La base de una vida saludable

La SMLM 2018 se centrará, por tanto, en la lactancia materna como la base para una buena salud para toda la vida para bebés y mamás.

La lactancia previene el hambre y la malnutrición en todas sus formas y garantiza la seguridad alimentaria para bebés, incluso en situaciones de crisis.

Sin que suponga un costo familiar extra, la lactancia es una manera económica de alimentar a los bebés y favorece la reducción de la pobreza.

La nutrición, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza son fundamentales para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Los Objetivos de la SMLM 2018 se centran en la relación de la lactancia materna con la nutrición, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza  y para ello es importante:

  • Informar a la población.
  • Anclar la lactancia materna dentro de diferentes agendas políticas (salud,  sustentabilidad, …)
  • Promover el trabajo conjunto y en red de personas individuales y organizaciones.
  • Desarrollar estrategias de difusión y apoyo a la lactancia materna.

TODOS tenemos un papel importante para asegurar el crecimiento, el desarrollo y la supervivencia de los niños alrededor del mundo.