Actualidad: Abrazar y besar a tu bebé afecta su ADN

La felicidad misma para una madre, es abrazar y besar a su bebé. Que ese amor hecho persona es la cosa más adictiva que existe con su olor, su suavidad, su ternura. Que lo que más ama de ser mamá es poder también perderse en esos abrazos llenos de luz.

Nunca he dudado del inmenso poder que tienen los abrazos amorosos: iluminan el día, conectan corazones, ponen final a una discusión, dan fuerzas, dan ánimo, relajan, dan seguridad. Y por si fuera poco, tienen la capacidad de alterar de manera profunda no sólo su salud emocional, sino la composición genética -el ADN- de un bebé.

Así lo asegura un estudio reciente hecho por la Universidad de British Columbia en Canadá. De acuerdo a esta investigación, la cantidad de abrazos  que recibe un bebé puede provocar cambios en al menos cinco áreas de su ADN, incluyendo las relacionadas con su sistema inmunológico y su metabolismo. En contraste, los bebés que no recibieron mucho afecto físico durante sus primeras semanas de vida, mostraron un perfil molecular en sus células poco desarrollado para su edad.

El estudio fue publicado en la revista Development and Psychopathology y contó con la participación de 94 bebés. Los autores del estudio pidieron a los papás que llevaran un diario del comportamiento de sus bebés así como de sus hábitos en cuanto a demostrar afecto físico durante las primeras cinco semanas de vida del bebé. Pasados cinco años, los investigadores tomaron muestras de ADN de los mismos niños.

Entonces analizaron qué tan activos eran ciertos genes y se dieron cuenta del poder de los abrazos: los que recibieron más, tenían un sistema inmune fuerte y tenían un metabolismo funcionando mejor.

Una vez más queda comprobado que las demostraciones físicas del amor son indispensables para la salud emocional y física de los seres humanos. Que el amor no es un concepto abstracto, es una fuerza poderosa que modifica directamente el comportamiento de las células.

Así que sean o no sean mamás melosas, no se limiten a la hora de abrazar, acariciar y besar a sus bebés. Háganlo como si no hubiera mañana y disfruten de la buena dosis de oxitocina.

 

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